Yo creo que es tiempo de que nos riamos de lo políticamente correcto. Porque es sano y hasta necesario, es más saludable carcajear que comer ensaladas y alga espirulina dos veces por semana. Es tiempo, porque lo políticamente correcto amenaza con avasallar todo lo conocido, si es que no lo ha hecho ya e imponer otra de las dictaduras del deber ser. Y con esto que estoy escribiendo no quiero que se piense que he descubierto el hilo negro sobre burlarse de lo correcto, cientos de autoras y autores lo han hecho antes que yo. Lo que sucede es que es una plaga que no desaparece y que conforme avanza el tiempo (y sus circunstancias) se fortalece y, como si fuera humedad, ubica nuevos derroteros desde los cuales lanzar su contraofensiva.
Comprendo lo políticamente correcto como una imagen superpuesta. Una farsa, una mentira que uno se monta para ostentar algo que no le pertenece. No obstante, la sociedad lo requiere y lo celebra. Parece que para ese ente abstracto que llamamos “la sociedad” es no sólo necesario, sino de carácter urgente, defender a ciertos grupos privilegiados. Y utilizar, para esa defensa, el gran abanico de artimañas que ofrece la corrección política: desde la humillación, hasta el escarnio y la difamación.
Burlémonos, pues, de los señorones con corbatín e imprudencia y las tías que son dueñas del arte del bien decir. De las instituciones creadas exclusivamente para mantener con privilegios a ciertos grupos. Burlémonos de todos aquellos que aseguran que hay un solo camino para construirse como atleta, profesionista o persona. Salvémonos de las academias de cuadros de estereotipos “morales” que no éticos.
Por eso, desde Rizando el Rizo, nos dimos a la tarea de formular una serie de situaciones que sacarán a la luz su nivel de corrección política. Mire sus resultados al final de esta columna.
Cuando está en un círculo selecto de personas y alguien habla de la última novela de Vargas Llosa –que evidentemente nadie ha leído, menos usted- y le pide su opinión, usted:
- La elogia y habla como si fuera su autor preferido del mundo.
- Cita opiniones de otras personas que leyó en redes sociales y termina recomendando su lectura porque “es un autor fundamental para entender lo que quién sabe quién dijo que era bueno entender”.
- Acepta que no la ha leído, pero asume se trata de un bodrio meramente comercial y que no merece ser discutida ni analizada, salvo por las implicaciones económicas que pueda o no tener el autor con la editorial.
- Se queda en silencio, pero, repentinamente y de un manotazo, le tira la bebida a quien preguntó semejante estupidez.
- Crédito extra: si no está tomando nada, le pega una cachetada, de tal manera que se le va a olvidar quién demonios es Vargas Llosa y la razón de su relevancia en el universo. ( y evoca a Gabo)
2. Está revisando su Twitter y encuentra un nuevo escándalo internacional, entonces usted:
- Sin investigar o leer fuentes confiables, se integra al carnaval de descalificaciones y opiniones sesgadas. Comenta, re-tuitea, citas declaraciones de influencers, se pelea por DM. Hace todo lo posible por estar en el relajo y al final le pone un filtro con una leyenda más bien amarillista a su foto de perfil de Facebook.
- Otorga algunas reacciones, como me entristece o me divierte. Comparte una canción conciliadora, conmovedora y que hable de la unión y la paz, como puede ser de Silvio Rodríguez o de Violeta Parra o de Joan Manuel Serrat. Habla con sus conocidos sobre la situación, sin saber realmente qué pensar.
- No escribe nada en redes sociales ni hace reacciones virtuales. Se informa y busca (si le interesa) conferencias o foros donde se hable del tema. Se forma una opinión y busca discutir con otras personas para enriquecerla.
3. Yalitza Aparicio es nominada para competir por el Óscar a Mejor Actriz por su participación en la cinta Roma, tú:
- Celebra su nominación, olvidándose de su trabajo como actriz –justamente por eso la nominaron- y escribiendo comentarios que reflejan el profundo racismo y clasismo que existen en nuestro país.
- No celebra su nominación escribiendo comentarios que reflejan el profundo racismo y clasismo que existen en México.
- Si le da gusto o no que haya sido nominada, no circunscribe sus opiniones y reflexiones a juicios de valor, sino por su trabajo en la película.
Tabla de resultados.
Mayoría A.
La corrección política es su espíritu. Piensa en cómo agradarle a las personas y se deja llevar por opiniones de otros. Quizá sea momento de empezar a pensar por usted mismo y dejar de buscar la aceptación de las personas que no conoce. Números de la suerte: 3, 56, 12 y 6. Consejo práctico: Emprenda un proyecto personal y aléjese de las redes sociales.
Mayoría B.
Está muy cerca de que la corrección política rija su vida. Mantente alerta a los focos rojos, no deje que su visión personal se vea nublada por artículos de Sopitas.com, Ventaneando o la prensa intervenida. No crea nada de lo que no esté completamente convencido. Consulte fuentes confiables y discuta con su círculo de amistad. Salir del camino de la corrección política no es fácil, pero recuerde que no estás solo. Números de la suerte: 7, 11, 18 y 22. Consejo práctico: Cambiar de periódico o portal de noticias digital, el que consulta quizá no está funcionando y aléjate de las redes sociales.
Mayoría C.
Parece ser que es una persona que no se fía de lo que lee o escucha en cualquier medio de comunicación. Prefiere hacerse de una opinión informada y no disfruta de presumirla en las redes sociales, sino de debatirla o discutirla con personas reales. Es alguien que no participa de los carnavales de odio y descalificación que se perpetran tanto en Facebook como en Twitter. Bien por usted, nunca cambie. Números de la suerte: 5, 13, 89, 43. Consejo práctico: escribir un artículo sobre lo políticamente correcto y asegurarte de que muchas personas lo lean. Emprende una revolución.
MANCHAMANTELES
Celebrar el triunfo de la cinta ROMA, de Alfonso Cuarón por haber obtenido tres distinciones en los premios Óscar el domingo 24 de febrero. Mejor cinematografía, Mejor Película en Lengua Extranjera y Mejor Director, fueron los premios que se llevó el largometraje la noche del domingo.
NARCISO EL OBSCENO
“Narciso, narciso. Las astas del ciervo asesinado/ son peces, son llamas, son flautas, son dedos/ mordisqueados. Narciso, Narciso. Los cabellos guiando florentinos/ reptan perfiles, / labios sus rutas, llamas tristes las olas mordiendo sus caderas.” (La muerte de Narciso, José Lezama Lima)