«PUEBLO DEL SOL» Hernán Cortés 2019 - Mujer es Más -

«PUEBLO DEL SOL» Hernán Cortés 2019

 

Recientemente leí dos notas que dan cuenta del trabajo arqueológico alrededor de la figura de Hernán Cortés, capitán de la Conquista de México. Una de ellas se trata del rastreo submarino de las naves españolas en las costas de Veracruz, esas que barrenaron los mismos conquistadores y que nos dijeron que fueron quemadas. La otra fue realizada en Medellín España, para reconocer los restos de la casa paterna del conquistador y donde nació y pasó su niñez.

Las indagatorias son parte de investigaciones amplias de varios años, pero resuenan en este 2019 por conmemorarse la llegada de la expedición de Cortés a las costas de México y la fundación de la Villa Rica de la Vera Cruz. Y es muy probable que durante los siguientes dos años el tema de la Conquista de México tome un lugar primordial en los ámbitos académicos, pues la segunda fecha conmemorativa será en 2021 por los 500 años de la caída de México Tenochtitlan.

En esta Cuarta Transformación el tema será ineludible. ¿Cuál relato de la Conquista prevalecerá? ¿El que nos narra con imágenes Diego Rivera y que pinta a esos conquistadores como personajes deformes y perversos y al mundo indígena perfecto? ¿O la de los matices que hicieron a esa versión los historiadores trasterrados después del exilio español? Pienso que hay un dilema en este asunto, pues el Palacio Nacional ha retomado su papel de sitio de poder y la carga simbólica de los murales de Diego es muy poderosa. Y por otra parte, Paco Ignacio Taibo II es un miembro destacado de la comunidad de migrantes españoles que lucha desde hace tiempo por humanizar a esos personajes que buscaron una patria allende el mar cuando la propia los excluyó.

¿Cambiará en estos dos años nuestra visión del Conquistador y de los españoles? Es difícil saberlo. Quizás los restos de las naves sumergidas en la costa veracruzana tengan tatuados en sus maderos los nombres de esos aventureros que nunca se pensaron españoles, y veremos nombres en gallego, catalán, euskera, castellano o palabras que dan cuenta de la pluriculturalidad peninsular que duró muchos siglos y que fue destruida cuando los poderosos Monarcas Católicos decidieron que todos ellos ahora eran españoles, cristianos, y unas máquinas de usura que debían cambiar espejitos por oro e imponer con la espada la religión de sus señores.

Cuando un castellano, un extremeño, un catalán se convierte en español en tierras americanas se despoja de su esencia íntima. Inevitablemente comienza a actuar con el mismo patrón codicioso que bien supo retratar Diego Rivera. Porque España para América significa conquista, dominio, engaño, despojo, arrogancia, desigualdad. Quizás el nacionalismo español ha querido disimular esto, pero en realidad cuando España nació se perdió una riqueza cultural muy amplia y fecunda en ambos lados del Atlántico. Esa riqueza humana que han traído desde hace 500 años a nuestro continente los asturianos, los vascos, los aragoneses, los catalanes, los extremeños, los castellanos, los gallegos, los andaluces y valencianos entre otros más. Y que son la influencia fecunda de nuestra propia cultura mexicana. Mientras cada paisano comparta en ultra mar esa idiosincrasia, la pluralidad se mantendrá viva. Pero a la primera que se pongan la careta de español abusivo, timador y prepotente habrá un mexicano listo para recordarles su parecido con los personajes de los murales de Palacio Nacional.

¿Qué encontraremos en el fondo del mar? ¿La mascara del abusador o la marca humana del que busca un mejor mundo? Ya veremos.

 

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