«COLUMNA INVITADA»: Incubar el caos como táctica política - Mujer es Más -

«COLUMNA INVITADA»: Incubar el caos como táctica política

 

Hay dos tipos de caos: el propio y el que te imponen. En el primer caso tú eres el dueño de la situación mientras que en el segundo, otros tienen el control. En el terreno político, tanto la derecha como la izquierda radicales aplican esa receta: generan inestabilidad donde no la hay y luego se presentan como “resolvedores” del entuerto, debilitando de paso a los contrarios.

Un ejemplo maestro de este maquiavélico accionar fue Hitler, al incendiar el Parlamento alemán para forzar su entronización como Canciller, y desde ahí desatar la Segunda Guerra Mundial.

Pero incubar el caos no siempre ayuda al que lo desata; bien dice el dicho: siembra vientos y cosecharás tempestades. Un ejemplo de esto fue el gobierno de la “Unidad Popular” de Salvador Allende, en Chile, que se caracterizó por trastocar la economía desde el poder, para dislocar la hegemonía de las élites, y poder implementar así, un nuevo modelo de Nación.

Ese gobierno radical de izquierda tenía fines encomiables pero sus medios para lograrlo fueron ineficaces. Procedió sin planeación, realismo ni precaución, y generó un caos descomunal de huelgas, desabasto, violencia, parálisis del aparato productivo y desempleo, que generó un caldo de cultivo para que la CIA y la derecha apuntalaran a Pinochet, como su avanzada para restaurar el “orden”.

Ya lo estamos viendo en Venezuela. El gobierno de Maduro es ilegal y reprobable, pero resulta igualmente repulsivo que el nuevo presidente de facto, Guaidó, tenga como principal respaldo al mundialmente repudiado Trump quien acaba de enviar a Caracas como su representante, a Elliot Abrahams, afamado por haber orquestado golpes de Estado, como el de Panamá en 1989. ¿A cambio de qué?

AMLO es admirador de Allende (tenía un retrato del mártir en su casa de transición); al parecer comulga con sus fines, pero no con sus medios, pues no ha confrontado a los factores de la producción, como sí lo hizo aquél.

Sin embargo, la semana pasada hubo dos noticias en México que deberían encender los focos rojos porque constituyen el embrión del caos, un caos artificial, no necesariamente inducido por el régimen (al estilo allendista) sino impuesto por intereses extraños y ajenos a la 4T, lo que resulta aún peor.

En el primer caso, se trata de una presunta desestabilización en nuestra frontera norte, inducida por intereses americanos, cuyo propósito sería reforzar la postura proteccionista de Trump en torno a la industria automotriz, para así fortalecerlo con miras a su reelección.

Me refiero al anuncio de huelga que acaban de lanzar miles de trabajadores de las maquiladoras ubicadas en Matamoros. Piden un aumento salarial absurdo, inviable. Esta crisis beneficia el discurso de Trump, en el sentido de repatriar a su país esa industria automotriz, justo en una coyuntura donde peligra su viabilidad para un segundo mandato.

Para México no sólo significaría perder empleos e inversiones, sino un contagioso ejemplo de conflicto, que pudiera cundir y afectar a otras industrias.

Si a eso agregamos la segunda noticia (el caos que se vive en el puerto de Lázaro Cárdenas, donde la CNTE tiene paralizadas las vías del tren, reteniendo miles de toneladas de insumos de todo tipo) el caldo de cultivo para problemas mayúsculos, se está incubando.

Bajo el pretexto de adeudos salariales, la Coordinadora estrangula esas cargas del ferrocarril, trastocando la economía de amplias regiones, ya afectadas de por sí por el desabasto de gasolina.

Se entiende que ese grupo sindical es aliado de Morena, pero su “caos” en tierras michoacanas no necesariamente ayuda al gobierno sino al contrario, le descompone el cuadro.

Urge un gobierno de izquierda y sensible, sí, pero sin desfondar el Estado de Derecho. Estoy seguro de que AMLO querrá emular al allendismo en cuanto a la revolución de las conciencias, pero sin incurrir en el caos que descarriló a ese experimento sudamericano.

La inestabilidad propia de un cambio de régimen, podría ser aprovechada por intereses extraños y hostiles como al parecer ocurre hoy en Michoacán y Tamaulipas.

@rodriguezrraul

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