Después de la toma de protesta de la primera y única gobernadora del Estado de Puebla parecían apaciguarse las cosas tras los conflictos postelectorales, sin embargo un accidente aéreo impidió el ejercicio del cargo votado en las urnas.
Indiscutiblemente deberán realizarse nuevos comicios para elegir la titularidad de la gubernatura en Puebla, ello porque la Constitución de ese Estado así lo mandata; el artículo 57 establece que es facultad del Congreso Local convocar a elecciones si existe falta absoluta de ese cargo cuando dicha ausencia ocurra en los dos primeros años del mandato.
La elección deberá celebrarse entre los tres y cinco meses posteriores a que el Congreso Local designe a quien cubrirá el interinato.
Ahora bien, durante esos meses la autoridad electoral local, deberá realizar todos los actos del proceso electoral con todas sus fases, participando equitativamente partidos políticos y la ciudadanía por la vía independiente.
Y es justo en este momento en el que debemos estar alertas, sobre todo la ciudadanía poblana: las campañas políticas desde ahora se antojan llenas de descalificaciones, acusaciones generalmente sin fundamentos, algunos lideres de partidos políticos ya empezaron a usar la tragedia como mecanismo para atraer al electorado.
Usar un hecho lamentable habla de la miseria política, sin embargo, es una práctica recurrente que no es sancionable, salvo por el juicio ético de quienes votan.
Ojalá el razonamiento de quien emitirá su voto sea por la mejor opción para los poblanos, no arrastrados por los comentarios nocivos o de desprestigio.
Estar alerta, poner atención y de alguna forma exigir campañas con mayores propuestas debiera ser la consigna ciudadana para quienes entren a la contienda y ello se puede lograr desde las redes sociales, haciendo presencia en los diversos foros de campañas, debemos hacer sentir a los políticos que merecemos campañas de verdaderas propuestas electorales y no de actos que desprestigien al contrincante.
Elevar el nivel, particularmente en la elección de la gubernatura de Puebla debe ser la consigna, inclusive para esa elección el INE debiera ejercer su facultad de atracción, las acusaciones de que fue objeto el OPLE deben seguir su curso de investigación.
El panorama electoral nacional se modifica un poco, en el 2019 solo habría una elección a gubernatura en Baja California, ahora serán dos tentativamente a celebrarse en la misma fecha: el 2 de junio próximo. Dos entidades gobernadas por Acción Nacional, una por 30 años ininterrumpidos.
Las encuestas sin candidaturas determinadas indican una gran ventaja de Morena para la elección de la gubernatura en Baja California, evidentemente en Puebla no existen mediciones, solo la resaca del proceso electoral 2018 con una cuestionada ventaja del PAN sobre Morena, que incluyo un pleito postelectoral que minó inclusive a los integrantes del Pleno de la Sala Superior del Tribunal Electoral.
Tan solo 15 días después de la resolución del caso Puebla, está por iniciar un nuevo proceso electoral extraordinario, que incluye el desgaste de la población con campañas electorales y lo peor, la inevitable designación de recursos públicos para llevarla a cabo, porque si bien, también se deben reponer cinco elecciones de ayuntamientos, lo cierto es que el gasto mayor se destinará a la elección estatal.
La invitación a quienes encabecen las candidaturas para el gobierno poblano se deja en el aire: no usen la tragedia del accidente de la gobernadora como bandera electoral, no santifiquen su nombre ni el de su compañero, hagan propuestas, no denuesten, no vandalicen un proceso electivo. Respeten al electorado.