La presentación de la terna de las candidatas para la presidencia del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) quedó pendiente porque en la reunión del 14 de diciembre no hubo consenso en torno a los nombres propuestos por la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
Entonces faltaron los votos de las consejeras de la representación no gubernamental, quienes pedían un mayor equilibrio en los perfiles que habrán de presentársele al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien según el proceso legalmente establecido tiene la última palabra.
Resultó alentador el hecho, desde nuestro punto de vista, de que la secretaria Sánchez Cordero no presionara un acuerdo artificial y que dejara al reposo del tiempo y del cabildeo fino la formulación de una terna con el aval mayoritario de las integrantes del mecanismo que, en una primera fase, debe apuntalar los prospectos de la titular de Inmujeres.
Es una señal positiva por parte de la responsable de la Segob, de quien se esperan buenos oficios en la relación con los actores políticos, sean de partidos como de organizaciones de la sociedad civil.
Ya sabremos en enero qué tanto respiró democráticamente este proceso y conoceremos el sello que el nuevo gobierno quiere imprimirle al liderazgo de Inmujeres.
Mientras tanto, en la Cámara de Diputados, los jaloneos de la siempre escasa cobija presupuestal se dejan sentir hasta los recursos correspondientes al impulso de la equidad de género.
Hay que decir que no se trata de una novedad. Ya en la primera legislatura del sexenio anterior, cuando la ahora senadora Malú Micher era la presidenta de la Comisión de Igualdad en San Lázaro, las organizaciones no gubernamentales se movieron para reclamar por los recortes que entonces hacían peligrar la evolución de la política pública en la materia.
Esta vez, diversas han sido las protestas feministas por el descuido en este renglón.
Destaca la carta entregada este miércoles a los coordinadores de todas las fracciones parlamentarias en la Cámara de Diputados por Mujeres en Plural, donde políticas de diverso signo vienen de años atrás empujando la equidad en todos los ámbitos de la vida pública.
En el texto, las feministas lamentan que el proyecto presupuestal enviado por el gobierno para 2019 haya diluido los recursos correspondientes a los programas de mujeres en una bolsa aparentemente aumentada y que en términos reales está destinada a los apoyos para adultos mayores.
Las firmantes de Mujeres en Plural alegan que si bien atender a ese segmento poblacional es necesario, esto no debiera implicar el sacrificio de programas que representan la síntesis de una larga lucha a favor de políticas para la igualdad de género.
“Hacemos un enérgico llamado a todas las fuerzas partidistas representadas en esta Legislatura de la Paridad de la Cámara de Diputados para corregir estos lamentables intentos de recortes y desaparición de programas que son estratégicos para la igualdad en el país”, se plantea en la carta.
La presidenta de la Comisión de Equidad de Género, la diputada de Morena María Wendy Briceño Zuloaga, confiaba en preservar el piso que se tuvo en el tema en 2018 y conseguir un aumento del 10 por ciento al menos.
En tanto, la diputada de Movimiento Ciudadano, Martha Tagle, nos dijo que pelearía la asignación adicional de 600 millones de pesos para estancias infantiles, programas de apoyo a la equidad en los estados, entre otros.
Veremos en las próximas horas sí los errores corregidos para las universidades y consulados, también incluyen la paridad.
Por lo pronto, muchas voces reclaman: la austeridad, con las mujeres no. Ya tuvimos bastante.