Acostumbrémonos a los nuevos tiempos: de “lo que el Presidente -en este caso secretaria-quiso decir…” al “es fake news”. La globalización también se da en el lenguaje. Y es que no hemos parado en escuchar mensajes contradictorios o -por lo menos confusos- entre los personajes que integran al nuevo gobierno. Todo tiene que ver tal vez con poca claridad en el lenguaje, verborrea -por la emoción de estrenar cargos- o tal vez hasta intencionalmente para sopesar reacciones -soy muy mal pensada-. Pero lejos de un “perdón, me equivoqué”, lo más fácil ahora es decir que es una nota falsa… aún con videos de por medio.
Vicente Fox es recordado, entre muchas cosas, por esa capacidad que tenía de soltar frases sin ton ni son, mismas que su vocero de entonces Rubén Aguilar, no tenía más remedio que aparecer después ante los medios y decir “lo que el Presidente quiso decir…” y así, por lo menos, tener la intención de tratar de corregir lo que efectivamente el Presidente había querido decir o enmendar algún dislate presidencial. Recuerdo alguna caricatura donde se veía una lengua enorme de Fox, dándole de golpes. La lengua suelta, en efecto, llega a ser el peor enemigo de muchos.
Pero entre tener que explicar o corregir “lo que se quiso decir” a llamarle fake news hay una gran diferencia. Señalar que es una noticia falsa es decir que hubo un mentiroso o mentirosos de por medio -depende de cuántos publicaron algo-. Donald Trump empezó a utilizar el término cuando alguna noticia no le agradaba. Descalificaba así la información, pero también al reportero y al medio. Hay que reconocer que desafortunadamente las redes sociales también han hecho posible que las noticias falsas pululen sin control.
¿Qué pasó con Irma Eréndira Sandoval, la secretaria de la Función Pública, en una reunión con senadores? Aunque el video ya no aparece con facilidad en las redes – ¿lo eliminaron?- el viernes se difundió ampliamente la “sugerencia” de la secretaria sobre cómo deberían de ser los sueldos en la Iniciativa Privada. Así lo dijo: Yo creo que así como desde el Poder Ejecutivo, estamos invitando a los otros Poderes a analizar y sumarse a una política de austeridad republicana, también tendríamos que invitar al mercado a sumarse a esos mismos salarios.
Démosle el beneficio de la duda. Tal vez “lo que Irma Eréndira quiso decir”… efectivamente era otra cosa. No habría estado mal ofrecer una disculpa; es de seres humanos cometer errores y también de personas sencillas decir “perdón, me equivoqué, a aquí les va mi aclaración”. Pero decir sin rubor alguno al otro día a los cuatro vientos que era una fake news es descalificar a todos los colegas y a los medios que publicaron sus dichos.
Y diría que algo peor: es insultar la mínima inteligencia de quienes la escuchamos ese día. Reconocer errores –es demasiado pedir- o por lo menos tener la sencillez de aclarar, habría sido más efectivo. Las formas dicen mucho del fondo y también de las personas. Por fortuna existen sí, las ¡benditas redes sociales!
PD. Antes de que lo borren, aquí el video en el que califica de fake news lo que dijo y vimos.