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«ACTOS DE PODER»: El PRD en el abismo

 

El fin de semana el PRD realizó un nuevo Consejo Nacional extraordinario y lo que vimos fue la descomposición total de un partido que apenas hace doce años pudo haber alcanzado la Presidencia de la República.

Las corrientes, que ya no existen en los estatutos perredistas, se lanzaron unas contra otras a la manera que solo ellos saben: sillazos, golpes, insultos.

El PRD, partido fundado después de la fraudulenta elección de 1988 por Cuauhtémoc Cárdenas, no se consolidó como el partido de izquierda que México requería ante la llegada del neoliberalismo.

El PRD funcionó como partido mientras lo dirigieron el ingeniero Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador.

El fin de semana se confirmó que el peor error del PRD consistió en permitir la creación, y darle vida institucional a las “corrientes”, también conocidas como tribus.

La renuncia de sus principales dirigentes – Cuauhtémoc Cárdenas; Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard, Alejandro Encinas – significó la pérdida de los cimientos del perredismo.

Asumieron, entonces, el liderazgo personajes como Jesús Ortega, Silvano Aureoles, Héctor Serrano, Alejandra Barrales, un externo como Miguel Ángel Mancera y, de manera menos pública pero siempre influyente, Héctor Bautista.

Con esos dirigentes, el PRD perdió totalmente el rumbo.

Reconocidos tanto en el PRI como en el PAN como “la izquierda responsable”, Los Chuchos y sus compinches decidieron apoyar a Enrique Peña Nieto con El Pacto Por México, un acto político que desdibujó al PRD como partido de izquierda y lo ubicó en el campo de los partidos políticos como el que jugaban el PPS y el PARM con el priismo de los 60 y 70 del siglo pasado.

Lo peor vino con la cesión de la candidatura presidencial al adversario natural: el PAN. Cuando Alejandra Barrales, Miguel Ángel Mancera y Los Chuchos deciden sumarse a la candidatura del panista Ricardo Anaya, la suerte del PRD estaba echada. Hoy son, y lo serán por poco tiempo, un partido marginal, en las próximas elecciones federales, en 2021, el PRD podría pasar de partido testimonial a la pérdida del registro.

La presencia política del PRD se diluyó cuando Ortega, Zambrano, Bautista, Mancera, Barrales y Serrano fueron los que tomaron las decisiones. De ser una de las fuerzas políticas dominantes en el país pasaron a ser nada.

El PRD tiene sus días contados. Muchos de sus militantes se han pasado a las filas de MORENA, el partido de López Obrador. No tiene liderazgos propios pues, si consideramos que Juan Zepeda, senador mexiquense, es la figura emergente que tienen, su pasado al lado de Héctor Bautista y su cercanía sospechosa con el priismo del Estado de México, lo descalifica para recomponer al perredismo.

Adiós, pues, al PRD.

La Letrina. Mientras llovían sillazos, insultos y descalificaciones en el consejo extraordinario del PRD, Héctor Serrano, uno de los principalísimos responsables de las derrotas del PRD desde el 2012, renunció a su militancia de 15 años. Fiel a su estilo, intenta justificar su salida con el pretexto de que quiere que lleguen liderazgos nuevos y jóvenes. Para algunos, Serrano terminará su vida política cuando termine su periodo como diputado federal. Otros lo ubican tratando de construir un nuevo partido político. Unos más atribuyen su renuncia a la llegada de un nuevo gobierno a la Ciudad de México, en donde deberá responder por todos y cada uno de sus actos.

Serrano –y Mancera, su jefe- tiene un periódico a su servicio, del que es dueño, desde donde buscarán enfrentar sus actos de poder cuando (des) gobernaron la ciudad.

 

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