«CEREBRO 40»: Razones para asistir a la “Marcha Fifi” - Mujer es Más -

«CEREBRO 40»: Razones para asistir a la “Marcha Fifi”

 

Manifestarse y marchar por una causa es no sólo legal, también constitucional, nos lo confirma el artículo 8, gracias a años de luchas compartidas México es ya un lugar en donde la ciudadanía es libre para manifestar públicamente sus demandas de justicia.

A través de medios de comunicación y de viva voz se convocó a los habitantes de la Ciudad de México, Estado de México y demás estados de la República Mexicana afectados, a marchar el 11 de noviembre. El indignado contingente caminará del Ángel de la Independencia a el Zócalo capitalino, para protestar por la decisión de Andrés Manuel López Obrador de cancelar la construcción del NAICM (Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México) en Texcoco.

Pero si usted ciudadano consciente tiene alguna otra queja contra el gobierno que aún no empieza, ésta es su oportunidad para externarla, si no le gusta cómo se viste el hijo del Presidente Electo, o si todavía cree que vale la pena protestar por el acceso que se iba a construir para acceder al hospital ABC hace más de 12 años, este es el momento.

En realidad yo creo que la “Marcha Fifi” puede resultar un ejercicio interesante y enriquecedor.

En primer lugar es una buena oportunidad para que la gente conozca el Centro Histórico, y sus monumentos, deje de verlo como un mito urbano y sienta la bendición que es caminar por la explanada del Zócalo; pueda constatar por sus propios ojos que efectivamente si se construye sobre suelo pantanoso tarde o temprano las edificaciones se van a hundir, y también que vean que la gente (Chairos) que trabajan ahí de sol a sol no son vándalos peligrosos ni criminales, sino personas honradas y con menos suerte en la vida, que intentan llevar de comer a sus familias.

Además de ilustrativo el paseo puede resultar saludable, ya que la caminata hará que valga la pena sacrificar el fin de semana en Valle, Tepoz, o el “Depor”.

En una de esas y si aguantan más de 30 minutos caminando bajo el rayo del sol antes de volver a sus coches o meterse a algún restaurante, van a poder apreciar cómo vive el ciudadano de a pie y tal vez sientan un poquito de remordimiento por marchar por un aeropuerto y haber hecho oídos sordos ante las peticiones del pueblo cuando demandaban justicia, claridad y derecho a la verdad. Por haberlos señalado y llamado revoltosos.

Dicen que hay que darle una sopa de su propio chocolate a AMLO, para que vea lo que se siente que te hagan marchas y protestas, yo creo que a los que les va a servir será a los que marchen, vivir por un momento la impotencia de pedir atención y ser ignorados, aun cuando para los asistentes esto sea más un juego que un caso de vida o muerte.

Como en todo, vale la pena tomar precauciones, no olviden llevar zapatos cómodos, lentes de sol y Viseras, gel antibacterial, cuidar que su outfit negro sea adecuado por si acaso revistas como Quién y Caras cubren el evento; no tomar mucho líquido porque los baños son escasos y sería terrible que les negaran el acceso a los servicios de los comercios; los que vayan a llevar pancartas pueden incluir consignas en inglés, esperemos que la atención internacional les dé el espacio que merecen.

Aquellos aspirantes a ”Fifis”, que pretendan este domingo mezclarse con su muy anhelada clase social absténganse de repetir frases en inglés, mejor prevenir y no quemarse con una mala pronunciación, y sepan que aunque el domingo les digan que son parte de lo mismo (pueblo unido), no lo son, no son iguales y nunca lo serán.

Para añadir dramatismo, pueden llegar a la marcha en Metro. Lleven sus propios alimentos y líquidos, no van a querer enterarse de lo que come la gente de la clase trabajadora, y no vayan a agarrar por ahí una salmonela o una fiebre tifoidea.

Para los que el ruido, el calor y el tumulto resulten abrumadores, siempre sepan que la Catedral Metropolitana les dará asilo y protección (sirve que la conocen por dentro).

Y ya por último, hagamos válido todos el derecho a ser escuchados, para que la próxima vez que pasen junto a una manifestación y sientan un deseo irrefrenable de echarles sus coches encima recuerden que alguna vez todos hemos sido los que exigimos justicia.

Todo lo aquí escrito es una opinión estrictamente personal, no hay más responsables que su servidora de lo que aquí se expresa.

 

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