CAMILA
El pasado 24 de octubre, Camila jugaba con su prima afuera de su domicilio en la ciudad de Chihuahua cuando un sujeto a bordo de un vehículo Ford color blanco que prestaba el servicio de Uber se les acercó y se la llevó por la fuerza.
Gloria Cobos, madre de Camila, quien en ese momento estaba bañando a uno de sus hijos, corrió a la calle cuando escuchó los fuertes gritos de la niña; sin embargo, ya nada pudo hacer pues el auto aceleró.
Inmediatamente denunció el secuestro, lo que permitió que se emitiera la Alerta Ámber. Horas después de estos hechos, el conductor, Juan Manuel Villalobos, de 25 años, se presentó voluntariamente en la Fiscalía del estado.
Aseguró que, bajo amenaza de muerte, unas personas lo obligaron a llevarse a la menor. Tras la declaración, quedó en calidad de testigo colaborador del caso; no obstante, cayó en contradicciones y después confesó que inventó el testimonio para deslindarse de su responsabilidad.
Admitió que secuestró a Camila, que abusó sexualmente de ella, la asesinó asfixiándola con una agujeta y abandonó su cadáver en una brecha rumbo al poblado de San Diego de Alcalá.
Con su teléfono celular grabó la agresión y aunque borró el video, las autoridades pudieron recuperarlo, junto con fotografías de otras menores. Ahora está sujeto a proceso por los delitos de homicidio, desaparición forzada y pornografía infantil.
DAYANA
Dayana, de apenas cinco años, decidió no ir a la escuela donde cursaba el preescolar ese miércoles 6 de junio. Se quedó en casa donde vivía con su mamá Alma Delia, de 22 años, su padrastro y sus abuelos en San Pedro, Sinaloa.
Mientras veía la televisión, hizo un paréntesis. Tomó dinero y, sin permiso, salió a la tienda a comprar dulces. No regresó más.
Testigos aseguran que un hombre que arreglaba la llanta de su camioneta la raptó y la subió a su automóvil. Cuatro meses después de su desaparición, el 23 de octubre, la Fiscalía estatal encontró su cuerpo en un campo agrícola, a sólo cuatro kilómetros de distancia de donde fue raptada.
La fiscalía mantiene abierta la investigación. Ha asegurado que no descarta ninguna línea, pero nada ha informado sobre el o los culpables.
VALERIA
La menor de 12 años, desapareció la tarde del domingo 14 de octubre cuando salió a una tienda cercana a su domicilio en el municipio de Melchor Ocampo, Estado de México.
De acuerdo con testigos, Valeria fue vista por última vez con un hombre delgado vestido de color negro que la sostenía de la mano sin usar violencia. Después ya no se supo nada de ella.
Vecinos de la zona montaron retenes en la carretera Cuautitlán Zumpango y revisaron carros para tratar de hallar a Valeria.
Un día después, el lunes 15, elementos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) confirmaron que el cuerpo de la pequeña fue encontrado en un terreno baldío en la colonia El Mirador, a menos de un kilómetro de su vivienda.
Tras darse a conocer la noticia, los habitantes se manifestaron en las instalaciones del ayuntamiento para exigir seguridad y para evidenciar que las autoridades municipales no apoyaron a la madre y a quienes se unieron en la búsqueda de la adolescente.
Hasta el momento no hay alguna persona detenida.
UN CRIMEN EN AUMENTO
El número de víctimas de feminicidio que tenían entre cero y 17 años aumentó 60 por ciento a nivel nacional en sólo cuatro años.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) revelaron que mientras entre enero y septiembre de 2015 hubo 38 menores asesinadas, la cifra subió a 61 para el mismo periodo de este año.
Lo peor es que como en los casos de Dayana y Valeria, las carpetas de investigación están abiertas, pero sin ningún detenido. Con Camila, el presunto responsable se entregó. De otra forma, correría la misma suerte. Gracias a esta impunidad de casi el 100 por ciento, México se ha convertido en un campo minado para sus niñas.