«EL ARCÓN DE HIPATIA»: La otra caravana de la que nadie habla - Mujer es Más -

«EL ARCÓN DE HIPATIA»: La otra caravana de la que nadie habla

 

Hace una semana llegó a México la Caravana de Madres Centroamericanas que buscan a sus hijos desaparecidos.

En medio de la Caravana Migrante, en la que miles de ciudadanos hondureños ingresaron a México y buscan cruzar hacia Estados Unidos, hay madres centroamericanas para las cuales nuestro país es sinónimo de violencia y desaparición.

La Caravana hondureña apareció en todos los medios, en gran medida por los exabruptos de Donald Trump y la controversia en México sobre si recibirlos o no.

Pero, de manera silenciosa,  así como lo ha venido haciendo desde hace 13 años, un grupo de de madres centroamericanas que conforman la Caravana de Madres de Desaparecidos,  recorrerá el país para buscar a sus hijos.

Ellas estarán en México del 23 de octubre al 7 de noviembre, donde transitarán a lo largo de cuatro mil kilómetros. Esta caminata recorre la ruta migratoria en estados que se han caracterizado por la violencia contra los migrantes. Además, en esta decimocuarta edición de la caravana, las madres participarán en la Ciudad de México en la Cumbre Mundial de Madres de Migrantes Desaparecidos que sucederá en paralelo y como parte del Foro Social Mundial de Migraciones, los días 2, 3, y 4 de noviembre del presente (Animal Político 10-23-2018).

El único objetivo que tiene esta caravana de mujeres es rastrear a sus familiares desaparecidos que huyeron de la pobreza extrema, la violencia o la represión en sus países de origen. Pero, al parecer, incluso en la desgracia hay niveles. Pues a pesar de ser la XIV edición de la marcha y de que ésta ingresa legalmente al país, no ha cobrado ni de cerca la notoriedad de la Caravana Migrante de días pasados, cuyos integrantes ingresaron al país en medio de polémica y caos.

Se sabe poco de ellas. La búsqueda de la caravana consiste en visitar albergues y centros de retención para migrantes en determinados municipios, donde, en caso de no encontrar a sus hijos, exponen fotografías de sus rostros para obtener algún indicio que los lleve a encontrarlos.

Es una escena que debería hermanarnos con estas madres.

En el país, diariamente, mujeres buscan a sus hijos desaparecidos a causa de la violencia que azota el país. Al parecer México ha propiciado una nueva victimización a la mujer, la de crear madres de hijos ausentes, madres que pierden la vida en vida, sin la certeza de cuál fue el destino de sus hijos. Pero que, pese a tal incertidumbre, se lanzan en busca de ellos.

Tenemos una deuda con ellas. Con su dolor, que no hemos propiciado directamente, pero que sí se atiza con la indiferencia de la sociedad y de las autoridades. Nos acostumbramos a las madres sin hijos, a los muertos sin tumba y a las autoridades sin ley.

A pesar de las dificultades, a lo largo de 13 años, la caravana ha logrado reencontrar con sus familiares a un total de 270 familias.

Sólo podemos apoyar lo solicitado por ellas mismas en su comunicado: verdad y justicia. No repetición y reparación son asuntos pendientes que pudieran permitir a las familias de los desaparecidos cerrar los ciclos de duelo y poder continuar sus vidas en suspenso. Porque la desaparición no permite salida.

Y vale la pena desplegar nuestras energías en visibilizar esta movilización y no peléandonos por ver qué mexicanos se parecen más a Donald Trump.

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