«COLUMNA INVITADA»: El sabio consejo de darse a respetar - Mujer es Más -

«COLUMNA INVITADA»: El sabio consejo de darse a respetar

 

Hace años escuché a un empresario contar esta anécdota: cierto día iba acompañando al entonces presidente electo Carlos Salinas, en un recorrido en helicóptero sobre la zona devastada por el huracán Gilberto.

Entre los invitados estaba también el Tigre Azcárraga, dueño de Televisa, quien le preguntó al anfitrión: “Carlos, ¿ya te sabes el último chiste que hay sobre tí?”. A lo que Salinas le respondió: “¡No te lo permito, Emilio!”. Un silencio incómodo inundó al helicóptero.

Salinas comenzaba a dar señales de que se haría respetar. Luego vino lo de encarcelar a La Quina y otros sometimientos más, con los que afianzó su autoridad y asumió el control total.

En el terreno de la política las percepciones son más valiosas que la realidad. Ya lo vimos con Enrique Peña: sus constantes dislates lo hicieron víctima de la opinión pública, hasta el punto en que se le perdió el respeto.

En ese sentido, hoy lo que estamos viendo en torno al nuevo aeropuerto y la mentada consulta, no es sino el método más sibilino que encontró AMLO para darse a respetar ante los todopoderosos oligopolios, duopolios y monopolios, que desde la época de Miguel de la Madrid, se fueron empoderando hasta el punto de cooptar la autoridad del Estado. Hoy les hace ver que ni en este tema ni en los demás que vengan, prevalecerán los negocios particulares sino el interés público.

Debo aclarar que soy pro-empresarial y lo que estoy criticando es más bien al capitalismo de cuates que se ha venido practicando en el país estos años. El problema no es hacer negocios sino el agandalle. No estoy diciendo que el de Texcoco lo sea, sino que la consulta en sí misma sienta un precedente en general, de que los grupos de presión y de interés ya no regirán las determinaciones del Estado.

Si bien es cierto que la consulta sobre el aeropuerto resulta polémica, lo esencial es que se trata de un mecanismo de real politik mediante el cual el presidente electo ha dado un manotazo en la mesa, para recordarle a todo mundo que el poder constitucional recae en él y no en los otros.

Al momento de escribir estas líneas aún no se define si ganará Texcoco o Santa Lucía. Ambas alternativas tienen pros y contras. Pero lo importante es que se está rescatando el principio de autoridad. Es una buena noticia para los consumidores y los ciudadanos comunes y corrientes, que estamos expuestos hoy en día a los mirreyes, a los picudos, a los influyentes y demás etcéteras.

Por supuesto que si el poder se concentra excesivamente en el gobierno, podríamos regresar a las épocas en que se vivió un monopolio del Sector Público. Por eso es importante una sociedad combativa y la libertad de prensa. Pero el asunto aquí es que prevalezca la razón de Estado.

Todo esto me hace recordar al intelectual Daniel Cosío Villegas, que escribió el libro El estilo personal de gobernar. En él hizo un análisis del modo locuaz que tenía el entonces presidente Luis Echeverría para mandar, con el que desquició a la opinión pública al romper moldes, pero que le permitió airear la vida pública, que venía de estar enrarecida por el diazordacismo.

Creo que algo similar ocurre hoy. La consulta sobre el NAIM pareciera innecesaria y contraproducente. Pero para ese animal político que es AMLO, constituye una oblicua manera de darse a respetar.

@rodriguezrraul

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