«COLUMNA INVITADA»: El voto de la mujer y la igualdad - Mujer es Más -

«COLUMNA INVITADA»: El voto de la mujer y la igualdad

 

En la semana que concluye se conmemoró el 65 aniversario del reconocimiento del derecho al voto a las mujeres en México, fue el 17 de octubre de 1953 cuando se publicó en el Diario Oficial la reforma al artículo 34 de la Constitución Federal, estableciendo que son ciudadanos los varones y mujeres, esto es, se reconoció la ciudadanía mexicana a las mujeres.

Ello permitía que al ser consideradas como ciudadanos y de conformidad con el artículo 35 de la Constitución Federal pudieran votar, pues en ese apartado se establecía como prerrogativas del ciudadano, votar en las elecciones populares.

Paradójicamente, con tal reforma las mujeres constitucionalmente no alcanzaron la consideración de igualdad frente a los hombres, pues el mismo ordenamiento en ese año no establecía esa condición.

Fue hasta el 31 de diciembre de 1974, veintiún años después de la reforma al artículo 34, que el numeral 4º Constitucional se reformó, determinando que: “el varón y la mujer son iguales ante la ley”.

Esta reforma buscó que la igualdad entre mujeres y hombres se diera en un tratamiento ante la ley en idénticas circunstancias, no como un concepto de identidad para diferenciar a uno del otro, sino para evitar distinciones injustificadas o discriminatorias.

20 años atrás las mujeres fueron reconocidas como ciudadanas mexicanas, eso les proporcionó el derecho a sufragar en las elecciones constitucionales, sin embargo, eso no hizo que el Estado Mexicano las considerara como iguales frente a los hombres.

Pareciera un juego de palabras, pero no lo es, al grado que debió acontecer una reforma constitucional para que se determinara esa igualdad, que el hecho de poder votar por sí mismo no generaba.

Vale la pena hacer el recuento de que la reforma para considerar la igualdad entre mujeres y hombres tuvo el impulso internacional, ya que el año siguiente a la reforma, es decir en 1975, México fue el país sede de la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer que organizó la ONU, anualidad que también se determinó como el Año Internacional de la Mujer, en dicha Conferencia internacional los ejes temáticos fueron la igualdad, desarrollo y la paz.

El reconocimiento de que la mujer es igual al hombre no fue un acto de inercia del Estado, obedeció a que, de no establecerse en esos términos, México no podría ser la sede de tan importante Conferencia internacional, era un punto de contradicción; tanto como la contradicción del derecho al voto de las mujeres sin considerarles iguales a los hombres ante la Ley.

No es menor el hecho de que, reconocer la ciudadanía de las mujeres y permitirles sufragar como sucedió en las elecciones de 1954, en automático significara la igualdad, porque inclusive la igualdad para participar en candidaturas a cargos de elección popular se cristalizó hasta el año de 2014, los derechos no debieran negociarse, pero es innegable que en el caso de nuestro país, las mujeres han tenido que sobrellevar una lucha constante para conquistar pequeños triunfos que sugieren un avance en derechos que no debiesen ser limitados.

Participar activamente es una prerrogativa que a cuenta gotas se ha suministrado al género femenino, aún en este año 2018 vemos en las cámaras que conforman el Congreso de la Unión, que a pesar de tener prácticamente el 50 por ciento de mujeres, no fueron consideradas para dirigir los grupos parlamentarios.

Como resultado de ello, en esta misma semana del aniversario del derecho a votar, las legisladoras se constituyeron en una bancada de mujeres, veamos cuánto logran, de entrada, esperamos conocer las iniciativas que como un subgrupo parlamentario presenten, porque es de señalar que ninguna de ellas renunció del grupo parlamentario al que pertenecen.

 

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