Comentaba en el artículo anterior que estamos viviendo un entorno desde lo más cercano hasta lo más expandido construido por sobre producción de imágenes, estamos rodeados de cámaras que captan aquello que nos rodea.
¿Pero realmente una fotografía logra decir absolutamente todo el entorno?, claro que ¡no!, es solo un pequeño recorte de ese “todo el entorno”, es ese antes, y ese después, el recorte de la fotografía que no se ve lo que está arriba y abajo, incluso, atrás de la cámara y lejos de la imagen, pero afecta.
Seamos más prácticos, el artista visual Diet Wiegman autor de la siguiente imagen:
Nos muestra cómo aquello que miramos no siempre es lo que “creemos ver”. Y no estoy hablando de manipulación o intervención de fotografías, solo refiero lo importante que es tener un poco más tiempo para “razonar” qué se está mirando. En esta fotografía el artista visual “juega” con las sombras de diferentes objetos, realmente no vemos el objeto. Recuerda usted La Caverna de Platón, ese mundo de las ideas, pues algo así está pasando con las interacciones que construimos en redes sociales. Nos presentan solo un punto de vista, recortado de todo contexto y si le agregan un título que llame la atención, como ahora el amarillismo es lo que atrae. ¡Listo! Tenemos las interacciones que quieren que veamos.
¿Cómo nos afecta socialmente esto? Es tendencia, (porque decir que está de moda ya es del siglo pasado) mostrar pequeños videos, o fotografías donde se enfatiza con un texto llamativo aquello que el autor, o bien, la fuente que publique, ya indica “qué quiere que veamos”. La lista es larga de ejemplos, pero no detallaré ninguno, al final, mi objetivo es simplemente invitarle a que vea con mayor razonamiento las cosas que ve, y que siempre opte por revisar la fuente y analizar fríamente el contexto de lo que sucede en la imagen. Estamos interactuando desde las emociones, las pasiones están a todo lo que dan en las redes sociales. Marcos Aguinis, importante psicólogo y psiquiatra argentino las refiere en su libro como “Las redes del odio”, por que interactuamos desde los afectos, y aquello que nos hace viscerales.
Cada vez que vea una fotografía le invito a pensar: “Qué quieren que usted vea.” Recuerde que siempre existe el otro ángulo que alguien seguramente capturó.
Me despido con esta fotografía que, si se mostraba por separado, seguramente unos estarán convencidos que se refería a “uno”, y otros igual de convencidos dirán se refería a “tres”. Así de importante es el otro lado del entorno visual o escrito.
Cristina Ortega. Fotógrafa desde hace 25 años, fundadora de Arte NiNi. A.C. Doctorante en “Ciencias y Humanidades para Investigación Interdisciplinaria” de UAdeC-CEIICH-UNAM. @CrissOrtega