«COLUMNA INVITADA»: Corrupción en zona sísmica: el caos - Mujer es Más -

«COLUMNA INVITADA»: Corrupción en zona sísmica: el caos

 

México ha registrado dos terremotos en los últimos doce meses, uno telúrico -el 19 de septiembre- y el otro político -el 1 de julio- habiendo dejado ambos una estela de consecuencias, que por momentos se cruzan entre sí.

Resulta dramático, desconcertante y preocupante ver cómo los tres niveles de gobierno han incumplido sus obligaciones, en torno a los afectados por el temblor de septiembre. Hay caos en el inventario de inmuebles dañados, en la recaudación de fondos y la ejecución del gasto para reconstrucción, así como en la atención a gente que se quedó sin casa.

El nivel de respuesta de los gobiernos municipales, estatales y federal resultan de vómito. La calidad del sector público mexicano es equiparable al de Uganda, Mosambique o Mianmar. Es increíble que en pleno Siglo XXI, con una sociedad aguerrida y comunicada como la mexicana, haya esta desfachatez de nuestras autoridades.

Somos una sociedad ‘comunicada’ más no informada. Es decir, tenemos acceso a muchos datos inconexos merced a las redes sociales, pero carecemos de mecanismos para traducir esas toneladas de cifras en información y organización social. Datos no son sinónimo de información y eso da pie a gobiernos pasmados y corrompidos.

El hecho de que las secuelas del 19 de septiembre sean peores que el terremoto en sí mismo, nos dan una idea de dónde estamos parados: en el abismo. Nadie nos defiende, no hay institución, funcionario, política o reglamento que vele por el ciudadano.

“Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad” convocó a los damnificados de 2017 a documentar las causas del derrumbe de sus viviendas y se logró una radiografía del desastre: no se respeta el reglamento de construcciones, los directores de obra y de Protección Civil son ignorantes de su encomienda y están ahí por amiguismo, se usan materiales defectuosos y ante este desmadre, nadie es sancionado.

A un año de la tragedia -y a 33 años de la otra, la de 1985- los expertos dicen que la ciudad está más inerme que nunca. Creo que todo esto es un caldo de cultivo para grandes explosiones sociales si el nuevo gobierno no se arremanga la camisa y pone orden.

El mandato popular que recibió AMLO no fue tanto por amor a sus propuestas sino por rechazo al PRI y al PAN. El nuevo gobierno no debe equivocarse: el voto de confianza del que goza va de la mano del hartazgo popular que existe.

Es decir, una cosa conlleva la otra y en cualquier momento -digamos, otro movimiento telúrico- la opinión pública podría revertírsele si no actúa con determinación en un ámbito tan sensible como el de la protección civil, la atención a damnificados, la sanción a quienes criminalmente ponen en riesgo a miles de familias con construcciones chocolate.

Sería deseable que el terremoto político del primero de julio se sobrepusiera al telúrico y nos rescate del horror, con una nueva forma de gestión pública al menos en este tema.

@rodriguezrraul

 

 

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