«METAMORFOSIS»: El segundo “López” que pide perdón a los mexicanos - Mujer es Más -

«METAMORFOSIS»: El segundo “López” que pide perdón a los mexicanos

 

Si la máxima tribuna del país, la Cámara de Diputados, sirve de escenario para que el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador pida perdón a los mexicanos ante la ola de violencia, desapariciones forzadas, feminicidios y asesinatos en los que nos tienen inmersos, será el segundo “López” que, con la banda presidencial cruzada sobre su pecho, ofrezca disculpas y se comprometa a erradicar la injusticia que ha provocado el crimen organizado en los dos últimos sexenios.

Hace unos días López Obrador anunció que pedirá “perdón” a todas las víctimas, los desaparecidos y los que han perdido la vida, así como a sus familiares, por el sufrimiento causado por los gobiernos federales emanados del PRI y PAN que en su fallida estrategia contra los capos de la droga han dejado miles de hombres, mujeres, jóvenes y niños muertos.

La similitud entre José López Portillo y Andrés Manuel López Obrador es innegable: ambos, aunque el priista ya falleció, llevan el mismo apellido, ambos, en tiempos diferentes han adorado al populismo y han creído ser los iluminados para lograr la conversión del país. El primer López no sólo fracasó, imploró por segunda ocasión el perdón al término de su sexenio y lloró y reconoció ante la nación su mediocridad.

Escuchar al presidente electo de la República me remontó a 1976, año en que José López Portillo ganó la Presidencia sin opositor alguno, todo lo había decidido el “dedo” de quien entonces gobernaba nuestro país: Luis Echeverría Álvarez. Su discurso al asumir la administración federal (1 de diciembre) ante diputados del poderoso PRI y en menor grado del PAN, fue elocuente porque pidió perdón a todos los millones de mexicanos sumidos en la más terrible de las pobrezas.

Seis años después, durante su VI y último informe de Gobierno en la Cámara de Diputados, cuando anunció la nacionalización de la banca, López Portillo volvió a pedir perdón a los pobres, a aquellos con quienes la justicia, con quienes él, tenía serios pendientes que no quiso o no pudo resolver. Su nombre mereció un magro sitio en la historia contemporánea de nuestro país.

Ahora, el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador ha anunciado que pedirá perdón a las víctimas de la violencia agraviadas, no sólo por la inseguridad, sino por la impunidad con que actúa el crimen organizado contra la sociedad y que además todo el dinero obtenido de la venta o renta de las aeronaves del gobierno federal se encausará a hacer justicia en México.

El Presidente electo quiere y ha dicho que la pacificación de México se conseguirá con el perdón de todas las familias, padres, madres, hermanos y hermanas, hijos e hijas que hayan perdido en manos de las bandas criminales a un ser querido. Faltaba que él, López Obrador, dijera que también les pediría que lo perdonaran, lo que no dijo es si por el presente o por el futuro.

¡Justicia! ¡Justicia! ¡Justicia! Ha sido el clamor desgarrador que ha acompañado al próximo mandatario en los foros que sus subordinados, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero y el de Seguridad Pública, Alfonso Durazo han realizado para conocer el sentir de la población, no ha habido día en que se les grite y exija ni “perdón ni olvido”.

¿Pedir perdón tiene sentido? No. Siempre es más efectivo evitar hoy aquello por lo que mañana podamos tener que pedir perdón. Las víctimas de la violencia, como antes fueron los pobres, no merecen que se les pida perdón: merecen un trabajo real de las autoridades, efectivo, de fondo que resuelva sus dudas en forma real, efectiva y a fondo.

 

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