Vaya escándalo se armó por el reclamo que hizo Serena Williams, la tenista más grande que ha dado este deporte en su historia, en la final del US Open. Primero, Serena fue apercibida por el juez del partido por recibir asesoría de su entrenador. Eso provocó que la tenista le reclamará y le exigiera una disculpa. Le llama mentiroso y no lo deja hablar. Le llama ladrón, “me robaste un punto”.
La actitud de Serena no habría pasado a más sino fuera por dos cuestiones: si los insultos a un juez lo pronuncian alguien con apellido, Nadal, Del Potro, Federer y que, por supuesto, fuera hombre.
El segundo, creo que el más importante, es que el litigio entre un juez y Serena dejó en un segundo plano el triunfo de Naomi Osaka, la primera jugadora japonesa en ganar el torneo.
Serena, es cierto, ha tenido que luchar con actitudes machistas, además de la discriminación por su color de piel. Sin embargo, creo que su grandeza se ve empañada no solo por los reclamos a juez de silla, sino porque evitó que otra mujer, Osaka, disfrutara de su victoria.
Serena Williams ya es parte de la historia del tenis mundial. Es la reina de este deporte y espero que en los próximos torneos ratifique su grandeza y nos siga regalando a sus fans su juego.
La Letrina. Dice Arturo Escobar, coordinador del PVEM en la Cámara de Diputados que la cesión de 5 diputados de su partido a Morena fue “baratísima” pues a cambio habrá apoyo para un programa que ayude a niños con cáncer.
La explicación es barata –en el peor de sus sentidos- pues utiliza a niños con cáncer para justificar su oscura negociación.
Lo del Verde no es nuevo, así se han comportado desde que constituyeron en partido. Primero fueron rémora del PAN en el 2000, cuando se aliaron con el partido que postuló a Vicente Fox.
Cuando Fox no les dio los cargos que ellos querían, en 2003 se unieron al PRI, partido al que sirvieron hasta la elección de julio pasado.
Así, el Verde se convirtió en una baratísima “casa de huéspedes” del tricolor que postulaba a priistas que no alcanzaban a ser candidatos en su partido y eran postulados en los primeros lugares de los plurinominales del partido del Niño Verde.
Los verdes están acostumbrados a este tipo de trueques, pero quienes siguen a Morena y a su líder no les ha gustado absolutamente nada la forma en la que esos cinco legisladores fueron a parar a la bancada del partido que se presentó como diferente y que, con la acogida que les dan a esos diputados, los hacen ver como un partido como los que el electorado desechó la elección anterior.
El tiempo dirá si la negociación le salió barata a Morena o, como acostumbra el Verde, cobra con intereses el paso de sus cinco diputados al partido que se encuentre en el poder.