Por CITLALLI BERRUECOS
Lo veía a lo lejos en la universidad pues era fácil distinguirlo. Un hombre guapo e interesante. Apenas y cruzábamos palabra. Por casualidades del destino, después de más de 20 años, nos encontramos en una fiesta de amigos comunes. Me entero que era divorciado. Otra vez años de distancia… hasta que las redes sociales hicieron lo suyo.
Quedamos para tomar un café que se convirtió en cine, parque, museo, tequila, cena. Salimos varias veces, nos gustaba compartir tiempo aún con nuestras diferencias de ideas. Me parecía radical en muchos temas por lo que intentaba negociar puntos intermedios amistosos. Por ejemplo, decía estar totalmente en desacuerdo en comprar un anillo de compromiso con diamantes pues eso era algo que hacían los capitalistas. Para mí, el anillo puede ser de goma o cuerito de piel con tal de que sea un símbolo amoroso en el que se establece un compromiso a respetarse, ser honestos, darse, entregarse y amarse entre las partes. Nuestras pláticas tenían muchas negociaciones y los puntos intermedios llevaron a besarnos.
Una tarde, en un lugar muy bello, se acerca la cuenta, y me dice; “tengo algo que decirte”.
– “Dime…”
– “Pues es que quiero decirte que no puedo ser tu novio”.
-“¿Y quién dijo que seremos novios?”
-“Pues es a lo que nos estamos encaminando, ¿no?”
Con mi carita de sorpresa respondí: “No te preocupes, eso no va a pasar”.
Me trajo a casa y antes de bajarme del coche, pues no era hombre de los que abría la puerta a una mujer, cosa que a mí me gusta que hagan, me dice:
-“Tengo una idea. ¿Por qué no seguimos saliendo y dejamos que todo fluya? Si hacemos el amor, pues adelante. Y si tú, en algún momento me dices que te has enamorado de otro hombre, Petronilo, por ponerle un nombre, me lo dices, y me retiro para que seas feliz”.
No entendía bien su propuesta. ¿La idea era estar con él y enamorarme de otro?
Pregunté: “¿Lo que me dices es que sigamos saliendo y pasándola bien, y que el día que te enamores de Pancrasia, por así llamarla, me lo dirás y yo tendré que decirte que estoy de acuerdo y retirarme de tu vida? ”.
-“Pues… algo así…”
-“¿Y eso es lo que quieres? ¿De verdad?”
-“Pues… no lo sé. No creo…”
-“¿En serio quieres que esté contigo y me enamore de otro?”
-“No sé…”
-“Pues discúlpame pero tengo muy claro que cuando amo y me entrego a alguien es porque no necesito ver a nadie más, porque me gusta estar y compartir todo lo que se pueda con esa persona. Así que no estoy de acuerdo con lo que me propones”.
-“Pero, podemos seguir viéndonos, ¿no?”
-“Si, claro…”
Bajé del coche y al llegar a casa me tomé un tequila entendiendo que no lo volvería a ver y que no aceptaré ser un amor compartido y ser abandonada por una Pancrasia.
Citlalli Berruecos. Tiene estudios de Sociología en la UNAM y la Universidad Complutense de Madrid, España. Licenciatura en Lengua y Literatura Inglesa, UNAM. Maestría en Educación con especialidad en Educación a Distancia, Universidad de Athabasca, Canadá. @CitBerruecos Citlalli Berruecos