Por JUDITH CORONEL
El nuestro es un país de contrastes, abundancia y pobreza extrema. Pero lo que en todo el territorio se hermana es la constante de inseguridad. Las entidades y dentro de éstas sus municipios se disputan el nada honroso primer lugar en violencia criminal; y más grave aún es el número de personas desaparecidas. Hablamos de personas, no cifras. Hablamos de seres humanos. De acuerdo con el reciente reporte del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, elaborado por el Sistema Nacional de Seguridad Pública, 32 mil 277 personas, están en esta condición… Eufemísticamente e indistintamente se les denomina “personas no localizadas, extraviadas o desaparecidas”.
De estas más de 32 mil personas registradas desde 2007 “oficialmente”, 73.7 por ciento son hombres, 26.3 por ciento mujeres; 41 por ciento son jóvenes con edades entre 15 y 29 años; casi seis mil en Tamaulipas; casi cuatro mil en el Edomex; casi tres mil en Sinaloa…
Veracruz duele, ante la opacidad del gobierno saliente. El pasado sábado el gobernador electo, Cuitláhuac García se reunió con integrantes de 16 colectivos de búsqueda. Entre ellos, estaban los históricos y prestigiosos colectivos “Solecito”. Él sabe que en el estado que gobernará a partir de diciembre hay más de ocho millones de habitantes; de acuerdo a su diagnóstico en extrema pobreza hay dos millones y en pobreza alimentaria un millón. Reconoce que es difícil determinar cuántos desaparecidos. Con carpeta ministerial habría unos tres mil casos; pero algunos colectivos hablan de cinco mil y otros aventuran que la cifra negra o subregistro podría ser de 20 mil porque las familias NO denuncian por miedo. Habrá quienes crean que 20 mil personas no localizadas, es una exageración; sea o no, las buscadoras de fosas clandestinas, viven en su día a día la angustia de encontrar a sus seres queridos…
En el encuentro, Cuitláhuac García se comprometió a sostener personalmente una reunión mensual con las familias; a que dentro de la recién aprobada Ley de Búsqueda se construirán fiscalías que apegadas a la normatividad brinden un trato humanitario a denunciantes; se crearán “panteones ministeriales” en los que los cuerpos localizados sean tratados con dignidad; se creará un “Banco de ADN, Genética e Identificación”; los SEMEFO tendrán mayor capacidad y funcionalidad.
Dice que hará su mejor esfuerzo, pero reconoce que estos compromisos requerirán recursos; y acepta que enfrenta limitantes de ley. Le exigen algunos destituir al Fiscal General del Veracruz, Jorge Winckler y a Luis Eduardo Coronel, Fiscal Especializado para la Búsqueda de Personas No Localizadas. Al primero aún le quedan cinco años en el cargo. Son temas para los que está facultado el Congreso Local; como también lo está para el nombramiento de quien será titular de la Comisión de Búsqueda. Confía en que a partir de noviembre los nuevos legisladores, en su mayoría de su partido, Morena, tendrán la sensibilidad de escuchar a las familias… También confía en que habrá una efectiva coordinación con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
No duda al aceptar que la herencia más grave que recibe se llama: Inseguridad. Asegura que habrá cambios progresivos, y que en dos años este flagelo será superado en todos los municipios. Necesita más que suerte. Lo deseamos, porque así lo exige una población vulnerada en el derecho humano fundamental: la vida.