«ACTOS DE PODER»: El tamaño de la derrota - Mujer es Más -

«ACTOS DE PODER»: El tamaño de la derrota

Por FERNANDO COCA

Renunció René Juárez a la presidencia del PRI. La dimisión se da a quince días de la derrota de su partido en la elección presidencial. Sin embargo, Juárez no pudo ser el bombero que apagara las llamas en las que se consumía su partido. Los responsables son Enrique Peña Nieto, Enrique Ochoa Reza y Aurelio Nuño Mayer.

El presidente priista se equivocó en imponer candidato. José Antonio Meade nunca se vio convencido de ser quien abanderara al partido sinónimo de la corrupción, pero su jefe, Peña Nieto, lo envió a una guerra que tenía perdida.

Enrique Ochoa Reza también fue impuesto. Sin militancia alguna, el exdirector de CFE creyó ser un político de antología. Pero no. Sus bravuconadas, su impostura y su desprecio por las bases y los operadores del PRI provocaron que la maquinaria, antes imbatible, cayera ante 30 millones de mexicanos que le dieron la espalada al partido y al presidente de México.

Aurelio Nuño siempre creyó que su misión en la vida era acabar con el magisterio del país. Hizo lo que Chuayffet o no pudo o no quiso hacer: esconder una Reforma Laboral del Magisterio con el disfraz de Reforma Educativa. Embarcó a Meade en una lucha perdida. Hizo de la campaña, su campaña por la mal llamada Reforma Educativa. Eso provocó que el PRI perdiera hasta la casa paterna, Atlacomulco.

El PRI hoy tiene el tamaño de un instituto político testimonial. Es más parecido al PARM de los setenta que al tricolor todopoderoso de los cuarenta, cincuenta y sesenta del siglo pasado.

¿A dónde se irán los militantes, los de los seccionales ahora que su amado partido ha sido derrotado? Algunos permanecerán al llamado de la refundación, pero creo que la mayoría no se sentirá a disgusto en MORENA.

¿Qué harán los dirigentes del partidazo? Algunos irán a la pelea por los despojos del partido; otros harán mutis mientras ven como sus compañeros tratan de resolver las calamidades del Eje Peña-Ochoa-Nuño.

Terminó una era de partido único. Tal vez ésta sí sea la defunción del PRI, no como aquella que se cantó en el 2000 y que, gracias a la complicidad de Vicente Fox, le dio 18 años más de vida a un partido autoritario.

La Letrina. Bajar los salarios del presidente y los miembros del Poder Legislativo es una buena idea. Transparentar los dineros destinados al Ejecutivo y al Legislativo también es una gran noticia para una sociedad lastimada por la corrupción de los últimos 18 años. Lo que considero que es riesgoso es la reducción a los salarios de los miembros del Poder Judicial. Al final del día, es ahí donde se dirimen las controversias entre legisladores, los ejecutivos y la sociedad.

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