«DURO Y A LAS CABEZAS»: Nuestra seguridad, un negocio político - Mujer es Más -

«DURO Y A LAS CABEZAS»: Nuestra seguridad, un negocio político

Por IVONNE MELGAR

Nicolás González Perrín, ministro agregado de la Comisión Nacional de Seguridad de la Policía Federal (PF) en Washington, no tiene duda:

“La seguridad pública en México se ha convertido en un negocio político. Es solamente una cuestión mediática. Buscan grandes cabezas, grandes nombres, para justificar la estrategia y para justificar las acciones. Y realmente no atienden las fibras sensibles de la sociedad y la investigación de fondo ni el objetivo central, el de darle seguridad cotidiana al ciudadano”.

Autor del libro presentado esta semana en la Ciudad de México, Para hacer posible lo imposible,  González Perrín  fue coordinador estatal del PF en Sinaloa  y como tal estuvo al mando del operativo que permitió la detención de Joaquín Guzmán Loera en enero de 2016.

No nos sirve de nada cortar las grandes cabezas si dejamos intacta toda una organización trabajando con un mecanismo totalmente aceitado. Necesitamos meternos en las entrañas, trabajar de la mano con la sociedad, en proyectos sociales, que la sociedad sea parte de la solución, y no víctima de las consecuencias en los proyectos de seguridad”, afirma el especialista en el tema.

Egresado de la Academia Superior de la Policía Federal de Caminos, y con estudios en Alta Dirección de la PF, el también exdirector de la División Preventiva en Chihuahua, en los años de la estrategia “Todos somos Juárez”, sostiene que en las experiencias exitosas a nivel internacional, como los carabineros de Chile, “el secreto es trabajar de la mano con la sociedad y atender las necesidades sociales”.

Hombre sencillo, orgulloso del quehacer policiaco y defensor de la dignificación de sus compañeros, González Perrín dialoga con MUJERES MÁS a unas horas de la presentación de su libro, en cuyas primeras páginas encontramos testimonios de amistad y reconocimiento de Renato Sales Heredia, al frente de la Comisión Nacional de Seguridad, y de nuestro colega Jesús Esquivel, corresponsal en Washington en Proceso.

“La seguridad es como limpiar una alberca, si tú solo quitas las hojas de la parte de arriba de la alberca y no la aspiras, se mantendrá sucia siempre. A lo mejor por fuera se verá que no tiene nada flotando. Pero la alberca siempre estará sucia”, ejemplifica.

“Se tiene que trabajar de las dos formas: limpiando, aspirando a profundidad, limpiando y saneando todo lo que está adentro. No sólo es cuestión de prevención. Es prevención, es disuasión, inteligencia, investigación, proyectos sociales, comunitarios. Es todo un conjunto de cosas que van de la mano y paralelas. Porque si trabajas una y no cuidas las otros, pues la seguridad es pura utopía”, sentencia.

LA DETENCION DE ”EL CHAPO”

Aunque con reservas, comprensibles por lo delicado del tema, González Perrín habla de la detención de El Chapo cuando le preguntamos qué lecciones le dejó ese episodio de su vida profesional.

“Cuando me mandan a mí a Sinaloa, todo mundo me decía…  ¿a qué vas? Lo que tú quieres hacer es imposible. Jamás van a poder las autoridades locales una detención de tal nivel. Tienen que ser grupos especiales que vengan de fuera, estás loco, me encontraban sinónimos de tonto, más tropicalizados a nuestro folclor mexicano.

“Muchos podrán decir que fue suerte que (El Chapo) haya pasado por el retén que pusimos después. Pero lo que no fue suerte es que no lo hayamos dejado ir. Eso no quedó a la suerte. Y no quedó a la suerte por muchas cosas que se vinieron trabajando seis meses antes de la detención: motivación del personal de los elementos y de sus familias, darles ese sentido de orgullo y pertenencia institucional, que sintieran que lo que ellos querían hacer, se podía hacer…

El policía siempre quiere ser policía. A veces no se le permite por una serie de razones: por desconocimiento de los mandos, limitan acciones, por temor a que me van a matar, el tema de la corrupción está totalmente ahí

“Pero si hay un ejemplo del mando con sus subalternos, el resultado es ese…

“En las agencias federales me han preguntado ¿cómo le hiciste para que no se fuera? ¿Cuál fue tu receta secreta para detenerlo? Porque todo mundo sostenía: se va ir, por temor, por corrupción, por lo que quieras, lo van a soltar.

“La gran duda de las agencias americanas, la pregunta ha sido qué hicieron para no soltarlo en su caso, en el territorio bajo su dominio, y todo se reduce a una estrategia que se montó seis meses antes, una estrategia de dignificación, de hacerle sentir al policía de que vale la pena, de incluir a las familias, de una serie de proyectos que se hicieron trabajando con la sociedad, una serie de acciones que al final dio como resultado el cumplimiento de instrucciones sin titubeos…

“Lo importante es lo que está detrás de la detención: ¿qué pasó para que al final del día no se fuera? Eso no es de azar. Eso no es de suerte.

“Se tuvo la confianza de hablar de manera directa y todas las decisiones se tomaron baja la conciencia y la certeza de que los elementos estaban siendo apoyados, de que el sistema funcionaba”, relata.

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