«CUARTO PISO»: Seguridad, pobreza y corrupción - Mujer es Más -

«CUARTO PISO»: Seguridad, pobreza y corrupción

Por MARISSA RIVERA

En Guanajuato, el lunes pasado, el presidente Enrique Peña Nieto reconoció que en temas como seguridad y pobreza su gobierno no fue lo suficientemente certero y eficaz.

¿Seguridad y pobreza? ¿Y la corrupción, la impunidad? 

Es muy raro que no haya mencionado la corrupción porque junto con la inseguridad, han sido el talón de Aquiles de su gobierno. Al grado que la sociedad se lo cobró en las urnas el 1 de julio.

La corrupción es y será el signo de esta administración, seguido de la inseguridad que no solo no la pudo contener, sino al contrario, se recrudeció.

Dijo que el gran reto era revertir las condiciones de pobreza, lograr mayor igualdad entre nuestra sociedad y ser más certeros y eficaces en el combate a la inseguridad.

Aún, en ese conato de franqueza y aunque le faltaron otros espinosos temas, tuvo razón, la pobreza y la seguridad, serán dos de los principales problemas que heredará la próxima administración.

Hemos roto deshonrosas cifras récords en el tema de homicidios. El año más violento fue el 2017.

Los especialistas han insistido, a pesar de los altos presupuestos, las estrategias han fallado.

En el tema de la pobreza, el Coneval, informó que la cifra de 49.5 millones de pobres que había en 2008, aumentó a 53.4 millones en 2016.

Más de la mitad de los mexicanos viven en condiciones de pobreza (su ingreso es insuficiente para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades mínimas).

Cifras del INEGI arrojan que entre 2003 y 2016 la brecha de desigualdad se incrementó, hay un mayor crecimiento del ingreso por habitante en las entidades más desarrolladas, en contraste con las que están rezagadas.

En Querétaro, se registró 3 por ciento de crecimiento promedio anual, en Aguascalientes 2.9, la Ciudad de México 2.7, mientras que en Chiapas y Tlaxcala se contrajo 0.3 por ciento.

El próximo presidente de México Andrés Manuel López Obrador ha hecho compromisos para combatir estos tres problemas que durante décadas han dañado la calidad de vida de los mexicanos.

La esperanza de millones de mexicanos está en él. Pero no será fácil. Son males que no se resuelven de la noche a la mañana.

Habrá que ver cuáles serán sus estrategias para enfrentarlos, porque sin duda, lo que haga en torno a estos temas, podría ser la ruta del inicio de un verdadero cambio o de plano más de lo mismo.

Ojalá y nos vayamos por la primera ruta.

A la sociedad nos toca ser constructivos y exigir rendición de cuentas.

Porque no hay nada peor que escuchar al final de una administración el reconocimiento de que se falló en temas que tanto lastiman a la sociedad.

Un reconocimiento que ya la sociedad se lo había cobrado en las urnas, una semana antes.

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