Dicen que en política nada está escrito. Sin embargo, la pelea a muerte entre los candidatos presidenciales de las coaliciones por México al frente y Todos por México, Ricardo Anaya y José Antonio Meade dan ya un ganador: Andrés Manuel López Obrador. El tabasqueño festeja, a salud de sus dos opositores, su triunfo en diversos cierres de su campaña plagada de populismo y de un pragmatismo que causa alarma a un alto porcentaje de votantes. El voto diferenciado es lo único que puede salvar al país.
A solo semana y media de que los mexicanos salgamos a las urnas, se habla de un poco más de 50 millones en condiciones de votar, el pleito irracional entre Anaya y Meade abre la posibilidad de que el líder de MORENA por fin se haga de la presidencia tal y como en su momento él mismo criticó: con la ayuda de personajes oscuros, corruptos y sinvergüenzas como el propio mandatario en turno, Enrique Peña Nieto. Parafraseando una expresión de Felipe Calderón severamente cuestionada por el aspirante presidencial: “Haiga sido como haiga sido”.
Si bien es cierto que ni el abanderado del frente que integra al PAN, PRD y MC, ni el del PRI, PVEM y PANAL son los ideales para administrar un país tan dañado como el nuestro, también lo es que López Obrador es, como lo dijo Manuel Clouthier, un hombre que en su desvarío por pasar a la historia se convertiría en un loco con tal poder que resulte peligroso para los mexicanos.
Desde mi humilde trinchera considero que tenemos ejemplos de sobra de gobiernos que en nombre del bien de la patria han llevado a sus países a crisis económicas, políticas y sociales terribles. Están Cuba, Bolivia, Argentina, Perú, Nicaragua y ni que decir de Venezuela que ha sumado el rechazo internacional ante las acciones totalitarias que han dejado centenas de muertos de Nicolás Maduro.
¿Por qué pensar que México podría entrar en la lista de países latinoamericanos víctimas de un líder que maneja a su antojo la inconformidad despertada por un régimen como el de Peña Nieto?
La primera señal se da en el cambio de valores del candidato de la colación Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, que en su tercer intento por gobernar nuestro país se ha hecho acompañar de hombres y mujeres sin ninguna ética moral, que solo ambicionan el poder por el poder y la facilidad que les da éste para enriquecerse al amparo del mandatario en turno.
La segunda, la más peligrosa, es la llamada del tabasqueño para que los anti-sistema, los carentes de una ideología propia voten en cascada por todos los candidatos de su partido sin importar sus antecedentes políticos e incluso penales. Quiere, lo necesita, le urge, un Congreso a modo, tanto en diputados como en senadores, que le apruebe ciegamente sus ocurrencias, aun cuando sean tan inverosímiles y peligrosas.
Me sumo a la preocupación de innumerables intelectuales, escritores, empresarios, artistas y ciudadanos pensantes que huelen la amenaza de un gobierno totalitario y populista tendiente a destruir el orden institucional vigente, centralizando, como lo ha dicho el propio López Obrador, todo el poder en el Ejecutivo.
De resultar real lo que pronostican la mayoría de las encuestas, AMLO podría convertirse en el próximo presidente de la República, teniendo frente a partidos opositores de Morena tan débiles políticamente hablando que no podrán evitar la aprobación de iniciativas de ley lucidoras para él pero perjudiciales para la economía del país, por lo que urge promover el voto diferenciado, solo así lograremos salvar a México….
Es urgente contar con un legislativo de contrapesos y contrastes que procure el bienestar de las personas más allá ocurrencias cortoplacistas y populistas. No a un Congreso a modo.
Elena Chávez. Estudió periodismo en la universidad Carlos Septién García. Ha escrito los libros “Ángeles Abandonados” y “Elisa, el diagnóstico final”. Reportera en diversos diarios como Excélsior, Ovaciones, UnomásUno; cubrió diferentes fuentes de información. Servidora Pública en el Gobierno del Distrito Federal y Diputada Constituyente externa por el PRD.