18 de junio de 2018
Soy neófita en el fútbol. Pero clavada en el seguimiento de ese deporte globalizado que Donald Trump representa mejor que nadie, el de las etiquetas descalificadoras y el bullying como forma de comunicación política y “entretenimiento” laboral, social y, lamentablemente, familiar.
Porque está de moda eso que los terapeutas nos enseñan a sortear, el que nos marquen con un adjetivo: débil, feo, perdedor, lento, malhecho, mediocre, guevón, incapaz, malo, bueno, ganador, certero…
Son etiquetas que nos llenan de prejuicios, paralizan, inhiben el entendimiento y son contrarias a la vida real, donde a veces somos flojos, y a veces heróicos; donde hay días pésimos y noches excelentes; donde las historias se cuentan con errores y éxitos.
Por eso el triunfo de México ante Alemania nos deja lecciones en contra del pesimismo, pero también contra esa compulsión por echarle la culpa a alguien, sin asumir que el resultado es una sumatoria.
Nos deja lecciones sobre el daño que los medios hacemos al pretender que el rating se gana capitalizando la saña hacia personajes en quienes canalizar el enojo.
Y una lección seca contra la xenofobia que no pocos alimentaban al demeritar al entrenador Juan Carlos Osorio por ser colombiano.
Hoy el tantas veces gritado #FueraOsorio se diluye en el precioso 1 a 0, en el gol de Hirving Lozano, y en el gozo unificador del #VivaMéxicoCabrones.
Y aún cuando nos restan 14 días para la elección, y las campañas imposibilitan el pregonado amor y paz, intentemos al menos un urgente #FueraElOdio. Lo necesitamos.
Y sigamos apoyando a la Selección.
Ivonne Melgar. Reportera todo terreno, va de la crónica de la vida comunitaria a la columna política. Militante en la defensa de las libertades democráticas, feminista, fanática del bolero y de los gatos. Cree que la maternidad debe ser una historia elegida y que la felicidad y el amor son una apuesta en construcción permanente.