«CEREBRO 40»: De Rusia con amor - Mujer es Más -

«CEREBRO 40»: De Rusia con amor

La espera terminó, un mes dedicado al fútbol, un mes para deleitarnos con las técnicas de juego de las mejores selecciones del mundo para convivir frente a las pantallas, en familia, con amigos, para hablar de un tema que a todos nos gusta y que no nos confronta.

Para muchos (me incluyó) el fútbol es el deporte más bonito del mundo y me podría sentar aquí a escribir durante horas porque es un deporte incluyente, estratégico, valiente, dinámico, en el que lo mismo cuenta el trabajo en equipo como el esfuerzo individual; un deporte que conjuga velocidad, astucia, energía, en el que además ocurre el fenómeno más afortunado: “Jugamos Todos” en los partidos de fútbol y lo sabemos desde siempre hay un doceavo jugador, tú, yo, nosotros, todos los aficionados, el público que se apasiona y entrega en cada jugada, que suda la camiseta y deja la vida en la cancha. Por esta y por muchas razones más el Mundial es la gran fiesta, las naciones conviven, intercambian pero, sobre todo tenemos, tenemos la oportunidad de conocer al anfitrión, al país sede del mundial que aprovecha la ocasión para mostrarnos lo más importante de su cultura y sus tradiciones, no hay anfitrión malo. Sin duda cada país tiene mucho qué presumir, pero en este caso creo que nos espera un torneo muy especial.

El mundo que existe del otro lado de la cortina de hierro, del famoso telón de acero se muestra ante nosotros, abre sus puertas al mundo para maravillarnos con el tesoro cultural y artístico que celosamente guarda una de las civilizaciones más antiguas, fuertes y resistentes de la historia.

Me acusa mi apellido paterno, los nombres que puse a mis hijos, también mi gusto por la grandilocuencia además de varias particularidades, unas de fábrica, otras aprendidas en la vida, y no es que sea nada sobre León Tolstoi, ni Tchaikovsky, ni Nuréyev, ni Sergei Eisestein, ni Kandinsky, ni Dostoievski, nada tiene que ver León Trotsky ni la perrita Laica ni el ballet Ruso, ni el circo, ni tantísimas muestras de belleza y valor que ha dado Rusia al mundo para justificar mi profunda admiración a un país con un idioma prácticamente inteligible para el resto del planeta, pero que se comunica a través del arte y la belleza, la presentación de anoche en la Plaza Roja fue solo una pequeña muestra de esto, bajo la alborada de la tarde Moscovita, miles de personas fueron testigos a un costado del Kremlin, sobre el mismo piso que caminó la dinastía de los Romanov y después marchó el ejercito Bolchevique, los revolucionarios, el pueblo enardecido y rebelde, sobre ese piso que grita su historia y su identidad de una de los espectáculos más hermosos y completos que recuerdo haber visto en la vida, sospechábamos que hubo detrás de la Guerra Fría, pero ayer Rusia nos lo mostró. Los más maravillosos músicos, directores de orquesta, cantantes de opera propios y extranjeros, técnicos, maestros del sonido y la iluminación, a un costado del Río Moscova y al cobijo de la noche que llegó junto con los fuegos pirotécnicos, Rusia nos dio una pequeña muestra de lo mucho que tiene para presumir, parte de su música, de sus letras, de su amor al arte.

Hoy, desde el satélite artificial Sputnik fue lanzado el balón que diera inicio a la fiesta que todo el mundo espera, a la Copa del Mundo, a partir de hoy propios y extranjeros conviven y compiten de la única manera que deberíamos hacerlo, en la cancha y con la verdad del encuentro cuerpo a cuerpo.

Los que nos quedamos aquí no somos menos afortunados, viviremos este verano con la emoción de los partidos y belleza del acervo cultural y artístico que la antigua Unión Soviética tiene para el mundo.

Por último, les quiero platicar algo que me conmovió muchísimo: Fui invitada a participar en la quiniela de los hijos y nietos de una querida amiga mía, se trata de poner los 8 equipos que mejor calificarán en la copa, hice lo propio y al ver las apuestas de los demás me llamó mucho la atención ver una que ponía a México cómo, primer lugar, pregunté de quién se trataba, al saber que fue una chiquita de siete años quien apostó todo su dinero por México obtuve la lección del día.


Bárbara Lejtik. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, queretana naturalizada en Coyoacán. Me gusta expresar mis puntos de vista desde mi posición como mujer, empresaria, madre y ciudadana de a pie. @barlejtik

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