Pocas cosas disfruto tanto en la vida como hacer “Mi mandado” en el Mercado los lunes, si usted nunca lo ha hecho yo le invito a vivir esta experiencia.
Supongo que cada día tiene su propio encanto, en el sector de los que preferimos el lunes estamos quienes los domingos los destinamos para cualquier otra actividad y el lunes cómo podemos surtimos con premura la despensa completamente vacía.
Una sinfonía de sonidos alegra mis oídos desde que entro al Mercado, la música ambiental de cada puesto, la llamada de “Los marchantes” a preguntar por la fruta que pareciera recién caída de los árboles del edén, el ruido que hacen los carniceros para aplanar las milanesas, desde que recuerdo los carniceros siempre han sido los más simpáticos en cualquier Mercado, hacen bromas entre ellos, propinan piropos muy graciosos sin ninguna discriminación, desean buena suerte y buen camino a su clientela, dan consejos y tips para mejorar los platillos para los que uno lleva la carne, me encanta estar allí, trato de ir sin hambre pero aún así jamás puedo dejar de sucumbir a la tentación de probar todo lo que me ofrecen y de comprar dulces típicos para comérmelos mientras sigo haciendo la compra.
Madres e hijas, a veces abuelitas y nietas, hermanas, amigas, todas van juntas a hacer sus compras y eso me hace recordar que en México tenemos el hermoso hábito de criar en tribu, compartiendo recetas, consejos y experiencias las encargadas del hogar llevan a sus casas los manjares más exquisitos y naturales, para consentir a sus familias; Nunca falta el olor a café recién tostado, a tortillas calientitas, a flores frescas, hacer las compras en el mercado es una sinfonía de imágenes, colores, olores y sabores, las sensaciones se acumulan en el recuerdo, desde que acompañaba a mi mamá y disfrutaba el taquito con sal que me regalaban en la tortillería, los placeres más esenciales se ofrecen sin costo alguno.
México es un lugar de mercados, de trato persona a persona, de convivencia, los colores de nuestro país están todos en un mercado, en las frutas y las verduras, en los dulces y los textiles, en la actitud de la gente que se relaciona a través de algo tan intimo y personal como la comida, sin querer compartimos parte de nuestra vida al comprar lo que con amor y cuidado elegimos para llevar a nuestras casas.
Todos tenemos cerca un Mercado, vale la pena ir porque lo que a veces resulta tedioso en un mercado se vuelve motivo de gozo y disfrute.
Vaya con tiempo, lleve su carrito y moneda fraccionaria, reserve parte para propinas y antojos, camine sin prisas dejando que los sentidos se llenen de la esencia de nuestro México y de cada barrio, le aseguró que en poco tiempo va a ser experto en escoger verdura y que los más beneficiados serán sus seres queridos al sentarse a la mesa desbordante de sabor a México.
Bárbara Lejtik. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, queretana naturalizada en Coyoacán. Me gusta expresar mis puntos de vista desde mi posición como mujer, empresaria, madre y ciudadana de a pie. @barlejtik