El 17 de mayo el mundo festeja el Día Internacional de la Lucha contra la Homofobia, mucho hemos dicho todos sobre el tema, como es nuestra costumbre todos opinamos, enjuiciamos y señalamos a favor o en contra, muchas veces con información, otras con una total ignorancia y odio fundamentado en los prejuicios aprendidos.
La Homosexualidad y todas las demás preferencias que forman la bandera multicolor que representa a la comunidad LGBTTTI y a todos los que no tenemos nada que opinar, mucho menos discutir en cuanto a las decisiones y gustos de cada quien.
Aunque no parezca mucho se ha avanzado en este país al respecto, considerando que fuimos evangelizados por los más rígidos y opresivos cánones de la Iglesia Católica para la cual y más en ese entonces la posibilidad de manifestar algún tipo de preferencia sexual diferente a la convencional hombre-mujer era visto con el mayor rechazo, ni hablar de matrimonios igualitarios y mucho menos de adopción en familias homoparentales. El avance ha sido difícil y lento, cada lucha se ha ganado con encarnecidas batallas, batallas pacíficas en las que la comunidad LGBTTTI y sus simpatizantes han intentado ganar derechos propios y naturales de cualquier individuo.
Sin embargo, hay todavía sectores muy cerrados de la sociedad que se niegan a aceptar no solo la homosexualidad, sino cualquier tipo de pensamiento que contradiga sus ancestrales ideas, lo estamos sufriendo justo en estos momentos con el tema electoral, queda demostrado también cada que nos enfrentamos a una controversia de cualquier tipo y con las demostraciones de rechazo y racismo que siguen ocasionando división y violencia en prácticamente todo el mundo.
Aun nosotros mismos pretendiendo demostrar respeto seguimos usando palabras como: tolerancia, aceptación, inclusión, cuando hacerlo nos hace vernos como eso, como personas que siguen pensando que el término “Los otros” no es más que una parte de la palabra “Nosotros” y que hasta que no dejemos de ver el tema como un planteamiento y como un objeto de discusión no podemos decir que entendemos el significado de la palabra Igualdad, Igualdad, de derechos más no de formas, igualdad no como tal, afortunadamente no somos iguales, nadie es igual, cada individuo de esta sociedad conforma su esencia de varias particularidades que van más allá de la preferencia sexual o de la identificación de una persona con tal o cual género, somos diferentes porque pensamos diferente, sentimos diferente y nos formamos de diferentes historias, pretendemos diferentes destinos, preferimos diferentes caminos y métodos, tenemos gustos y afinidades muy distintas.
La preferencia sexual no es más que una de tantas características que conforman el total de un individuo, aunado a otras mil razones que nos dan personalidad propia.
Ver el movimiento gay como un tema de aceptación, ya sea con gusto o más por convencionalismo social nos sigue poniendo del lado de los que creen que ser homosexual es una condición anormal o diferente.
El día que entendamos que tan natural es sentir atracción por el sexo opuesto o por el propio, o por los dos, tan justificado sentirse cómodos con el género con el que nacimos o con el otro, ese día habremos dado un verdadero paso hacia la evolución y el amor al prójimo que justamente fue lo que nos dijeron los primeros evangelizadores y el principio de cualquier religión o filosofía.
Bárbara Lejtik. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, queretana naturalizada en Coyoacán. Me gusta expresar mis puntos de vista desde mi posición como mujer, empresaria, madre y ciudadana de a pie. @barlejtik