Por supuesto que es un personaje divertido y agradable. Con dominio escénico y una capacidad de comunicación envidiable para cualquier político.
Pero las carcajadas que generan sus ocurrencias delatan una tragedia: la de nuestra crisis de impartición de justicia.
Porque Jaime Rodríguez Calderón es un candidato independiente a la Presidencia y, como tal, propuso este domingo, en el primer debate de candidatos, “mocharle la mano al que robe”.
Señalando a sus competidores, El Bronco presumió: “Presentaré la iniciativa al Congreso a ver si los diputados de ellos se atreven a aprobarla”.
La periodista Azucena Uresti le preguntó si su propuesta era literal.
Sin rubor alguno, el exgobernador de Nuevo León respondió que sí.
No estaba bromeando. Porque él, como miles de mexicanos, piensa que la ilegalidad se resuelve con violencia y le parece normal y taquillero hablar de mutilaciones.
El problema no es El Bronco y sus disparates.
La bronca es esta apología a la violación de los derechos humanos como una salida a la impunidad que nos asfixia.
La bronca es nuestra y es de todos.
Ivonne Melgar. Reportera todo terreno, va de la crónica de la vida comunitaria a la columna política. Militante en la defensa de las libertades democráticas, feminista, fanática del bolero y de los gatos. Cree que la maternidad debe ser una historia elegida y que la felicidad y el amor son una apuesta en construcción permanente.