Ricardo Anaya advirtió que, si una fiscalía independiente y una comisión internacional encuentra culpable de algún delito a Enrique Peña Nieto durante el tiempo de su mandato como presidente, lo meterá a la cárcel.
La declaración se dio a una pregunta de Ciro Gómez Leyva en una entrevista a Anaya en su programa de radio. La disputa por el poder ha hecho que los ánimos se eleven hasta este nivel.
No es nuevo. Javier Corral, el panista que ganó la gubernatura de Chihuahua, advirtió que metería a la cárcel al priísta César Duarte, quien está acusado de saquear las finanzas de la entidad.
Lo mismo dijo Miguel Ángel Yunes, quien desde la campaña a la gubernatura de Veracruz acusó a Javier Duarte, uno de los más distinguidos miembros del Nuevo PRI, por el desfalco al erario del estado. El ex gobernador está en la cárcel.
Jaime Rodríguez llegó a la gubernatura de Nuevo León con la misma advertencia: meter a la cárcel a Rodrigo Medina, su ex correligionario (Rodríguez fue priísta), pero no ha logrado nada hasta la fecha.
Dice Anaya que él sí romperá con el pacto de impunidad que ha mantenido a la clase política mexicana sin castigo a pesar de sus abusos.
Lo dice un candidato perseguido mediáticamente por la Procuraduría General de la República sin que la institución diga de qué lo acusa y si hay expediente abierto en su contra.
Sus antiguos aliados lo descalifican y lo acusan de deshonesto, y dan crédito a la acusación de dos lavadores de dinero confesos, que declaran que sus operaciones ilegales fueron para beneficiar económicamente al candidato Frentista. Y la autoridad no actúa.
La postura de Anaya puede provocar dos cosas: Una, ganar simpatías en los sectores anti-PRI y granjearse algunos votos. La otra es radicalizar a los aliados y simpatizantes del presidente Peña y, si ven que el candidato del PRI no prende, dar el voto a la opción lopezobradorista.
Anaya puso el horno al máximo cuatro meses antes de que los mexicanos elijan a quien los gobernará los próximos seis años. Que el Frente no espere tersura en los adversarios. Ellos ya advirtieron que meterán a la cárcel a los opositores, empezando con el presidente Peña, si es que ganan.
Los simpatizantes del Frente y quienes votaran por Anaya, afilan la guillotina. Anaya ya no tiene otro más que endurecer el discurso en contra de su antiguo aliado. Parece que lo que Lopez Obrador no logró en una década, Anaya lo hizo en una entrevista: romper el pacto del PRIAN.
¿Qué ganó Ricardo Anaya con declarar que metería a la cárcel a Peña Nieto? Yo creo que nada.