Para estas fechas, los partidos políticos deben estar afinando las estrategias de promoción y defensa del voto.
El próximo primero de julio se elegirán más de 3 mil 600 cargos y los más de 88 millones de mexicanos inscritos en la lista nominal definirán a quien le dan el poder.
Para muchos, la elección presidencial definirá lo que suceda en las elecciones para gobernadores, senadores, diputados federales y locales, y presidentes municipales. Yo no lo creo. Tal ha sido la descomposición de los partidos políticos con sus alianzas y candidaturas que creo que habrá una diferenciación de voto en julio.
El voto diferenciado se verá más en las entidades en las que, además de la elección federal, hay comicios para Congreso Local y Ayuntamientos.
El súper domingo electoral mexicano contará con un condimento no visto en las últimas elecciones.
Cada partido, coalición y candidato necesita que se cuiden los votos que se emiten a su favor.
Para esa tarea se nombran representantes de las coaliciones y sus candidatos no sólo en las juntas municipales y distritales electorales sino en las más de 155 mil casillas que se instalarán en el territorio de las ocho de la mañana a las seis de la tarde.
Unos ejemplos:
El representante de Anaya, panista, perredista o emecista ¿cuidará los votos de su candidato a presidente municipal con la misma vehemencia que la de diputado local o senador?
La combinación de ideologías -es un decir- pone a los militantes en una disyuntiva.
Para muchos, el candidato presidencial es afín a su pensamiento político -es otro decir-, pero el candidato a senador es de otro partido, llegó por la designación de un grupo de personas que ni en cuenta lo tomaron y es más cercano al candidato que propone otra coalición.
¿Por quién votaría un militante de Morena que acompaña a López Obrador desde el desafuero y que su candidato a presidente municipal es propuesto por el PES, pero que es un panista reconocido, pero apoyado por un priista que le paga la campaña?
¿Un priista podría votar por un candidato a senador que es militante del PANAL, que a su vez impuso candidatos a regidores por el Verde y que a él, luego de más de 30 años de militancia le piden disciplinarse para que no llegue “ya saben quién?
Un perredista ¿podrá votar por el panista que le ganó la elección anterior la presidencia municipal?
Los del Verde (normal), el PANAL, MC, PES y PT están felices, tendrán cargos a costa de las militancias del PRI, PAN, PRD y Morena. Y además, ellos, los partiditos, no tienen que preocuparse por nombrar representantes en las 155 mil casillas.
Ricardo Anaya, José Antonio Meade y Andrés Manuel López Obrador tendrán que instruir bien a sus operadores electorales en cada uno de los municipios y distritos del país para que no les metan gol.
Desde ahora hay que decirlo: el mejor operador electoral en este país es el dinero, así que, quien dé más, mejor cuidados tendrá sus votos.
La letrina. A la PGR ya se sumó el SAT en la persecución política a Ricardo Anaya. Lo que sigue es que las encuestadoras pongan al ex niño maravilla en el tercer lugar de la intención del voto y el candidato sin militancia suba como la espuma al segundo para disputar el inicio de la campaña con López Obrador.