A menos de 5 meses para la madre de todas las elecciones, los ánimos internos partidistas están desbordados. No solo se trata de confirmar ya al candidato presidencial -que de hecho desde la pre campaña ya lo eran- se trata de aplacar las rebeliones en la granja interna, esas que minan ánimos y son capaces de echar abajo estrategias y buenas intenciones. Y todo por las listas, los nombres de quiénes buscan integrar el próximo Congreso Federal y los estatales. Y es que las candidaturas no son necesariamente para quiénes las trabajan.
De las renuncias, los reclamos públicos, a las fuertes acusaciones. El gobernador de Chihuahua Javier Corral no se anduvo por las ramas. Acusó de fraude en la selección de los candidatos panistas al Senado. Señaló directamente a Ricardo Anaya de ser artífice del palomeo que dejó fuera de las listas nombres de panistas relevantes.
El espectáculo más triste y deplorable fue el que se vio durante la madrugada del domingo en el seno el Consejo Nacional del PRD. El video difundido en redes sociales muestra hasta los sillazos que hubo entre los perredistas quienes acusaron que hubo manipulación para que Nueva Izquierda, Vanguardia Progresista y Alternativa, dominaran las listas de las candidaturas. Fuera quedaron Galileos e integrantes de Patria Digna. Como cualquier pleito de borrachos, el del hueso perredista, quedó de antología.
Así el Consejo Nacional del #PRD hace un momento, muy mal pic.twitter.com/DJuhdAvUFm
— Liz (@LizGalindov) 18 de febrero de 2018
Las últimas bajas que han sacudido el PRI, fueron las del senador de Guanajuato, Miguel Ángel Chico Herrera, y el diputado federal Antonio Astiazarán. Ambos buscaban candidaturas, el primero al gobierno guanajuatense y el segundo al senado por Sonora. Chico Herrera acusó a la dirigencia priísta de maltrato y desaseo en la elección de candidatos. Ya se fue a Morena. Las rebeliones se han dado en los estados donde se disputarán cargos de elección.
Y es que en aras de crear alianzas político-electorales se tienen que hacer sacrificios en el corral. Pero hoy más que nunca las rebeliones internas pueden representar un alto costo político. Basta ver quién está abriendo la puerta del Edén. Bueno, hasta el famoso “Napito”, Napoleón Gómez Urrutia ya tiene asegurado un lugar en el senado por la vía plurinominal por parte de Morena. Antes habrá que ver si libra las acusaciones de corrupción que pesan en su contra. Se trata de capitalizar por supuesto, todo el coraje y rabia interna de defenestrados y de quiénes ya no están dispuestos a permanecer en un corral que no da maíz ni agua.
No nos debe extrañar que en los próximos días sepamos de otras “sorpresivas” renuncias o de más evidencias de pleitos internos. Así es nuestro sistema político. No importa tener que abandonar principios -si es que alguna vez los hubo- . Lo que realmente importa es asegurar el próximo hueso. Seguramente hay quiénes genuinamente merecen estar en las listas de sus respectivos partidos. Pero el oportunismo es otro de los sellos de la marca política México. Habrá que estar atentos hasta dónde llevarán las rebeliones internas. Pienso que mucho nos falta por ver. Pero a granja revuelta, alguien está ganando.