Esta semana fue significativa para tres actores políticos de este país.
No por el cierre de las precampañas, sino por la intervención del espionaje político.
El hijo mayor de Andrés Manuel López Obrador, José Ramón, es grabado por “un vecino” saliendo del que, se asegura, es su domicilio y muestran el recibo telefónico a su nombre para acreditar que ahí vive. El video se difunde desde un portal denominado Pejeleaks el que está conformado por anónimos periodistas, empresarios y ciudadanos que temen por su seguridad si se sabe que ellos son los que escriben, graban y obtienen documentos personales que sólo deben tener las empresas que brindan un servicio y su cliente.
Pejeleaks y su anónimo origen más parece un trabajo de espionaje para lanzar lodo al adversario que para realizar inteligencia que preserve la seguridad del Estado.
Ricardo Anaya graba un Jeep que lo sigue. Confronta al conductor del vehículo, que es oficial, y éste individuo le dice que es agente del CISEN. ¿Qué hace un agente de la inteligencia mexicana, miembro de una dependencia de gobierno que no tiene entre sus facultades la seguridad pública o la prevención del delito? El gobierno reconoce que da seguimiento a las campañas en curso y por ello sigue a los candidatos.
La mañana del miércoles, la defensa de Elba Esther Gordillo da a conocer que la PGR quiere tener acceso a las conversaciones que la maestra tiene con las personas que la visitan. En prisión domiciliaria, Gordillo es vista por el gobierno federal como un elemento desestabilizador para el país en tiempo de campaña, por su cercanía con algunos medios de comunicación y, principalmente, por el acercamiento de su yerno, de su nieto y de uno de sus principales operadores cuando fue dirigente del SNTE a la campaña de Andrés Manuel López Obrador.
¿Qué significa el video que le hacen a José Ramón López Beltrán? ¿Cómo explicar el seguimiento a Ricardo Anaya? ¿Tiene una motivación política que la PGR quiera meterse hasta la recamara de la maestra Gordillo para saber qué sueña, qué piensa y qué platica?
¡Cuidado! Uno de los principales argumentos que han utilizado los priístas para tratar de denostar a AMLO es que si él llagara a ganar la presidencia de la República, México se convertiría en Venezuela.
Pues lo que le ha sucedido a José Ramón, a Ricardo Anaya y a la profesora Gordillo es precisamente lo que acusan los miembros de la oposición venezolana: asedio, acoso, intervención ilegal a su vida privada, espionaje.
En el PRI deben cambiar la estrategia, Háganle caso a Roberto Gil cuando dice que el cuento de que Andrés es un peligro para México ya no reditúa; también aplaquen los ataques a Anaya, recuerden que lo que no mata, fortalece.
En el caso de la maestra Gordillo deben recordar que ella fue fundamental para la victoria del actual gobierno.
México no es Venezuela pero se le parece mucho.