Además de Anaya, López Obrador y Meade, habrá nombres y apellidos que serán importantes en la contienda electoral que tendrá su cúspide en julio.
Tres de esos nombres son los de Margarita Zavala, Jaime Rodríguez y Armando Ríos Piter. ¿Por qué ellos? Si el INE, como parece que será, avala las firmas que obtuvieron para apoyarlos, estarán en la boleta electoral.
La importancia de estos tres personajes es que le quitaran votos a dos de los candidatos con partidos.
Quienes apoyan a la señora Zavala están en la misma tribuna que avala a José Antonio Meade y, otros, siguen siendo panistas que a la hora del voto útil, podrían regresar al redil del PAN.
Jaime Rodríguez es priísta, aunque haya llegado a la gubernatura de Nuevo León como independiente, se comporta como tricolor de rancho y es el prototipo del priísta del norte. Le resta votos a Meade.
Ríos Piter militó en el PRD, pero su formación lo hace más cercano a la figura de Meade.
No serán los únicos nombres. Otros, que no compiten por el cargo, serán protagonistas de esta historia.
Javier Duarte, Roberto Borge, César Duarte y otros miembros del selecto Nuevo PRI serán nombrados recurrentemente. La campaña del 18 tendrá como uno de sus ejes el tema de la corrupción y ahí, el PRI lleva la delantera.
Habrá nombres que quieran involucrar con Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador pero en los últimos dos meses les han atacado –principalmente al panista- y el resultado es que ambos salieron bien librados tanto de la mala prensa como de las críticas bien y mal intencionadas.
A Anaya querrán atacarlo con el caso de Guillermo Padrés, pero para entonces, el ex gobernador de Sonora estará ya libre y la PGR tendrá que explicar cómo fue que se les cayó ese caso.
A AMLO lo atacarán con el asunto de los Abarca, pero así como los priístas sacan las fotos donde aparece el abanderado de Morena con esos personajes, se publicaran las de Peña Nieto –ya presidente- con ellos. ¿Acaso la inteligencia del Estado no le aviso a Peña que los Abarca eran, cuando menos, cercanos al narco?
Se llenaran páginas en medios impresos, horas en los electrónicos y decenas de likes en las redes sociales para denostar a los candidatos y sus aliados.
Nombres de mujeres y hombres que se acercan al proyecto que creen viable para el país, tendrán que soportar la injuria de los malquerientes de su candidato, llámese Anaya, López Obrador o Meade.
Comienza, pues, a funcionar el ventilador que esparce el lodo de la política mexicana.