Violencia en el matrimonio no distingue clases sociales - Mujer es Más -

Violencia en el matrimonio no distingue clases sociales

Editor / En México hay 26 millones de mujeres casadas, y el 42 por ciento de ellas sufre o ha sufrido algún tipo de violencia dentro de sus matrimonios, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares del INEGI (ENDIREH) 2016.

Las mujeres pobres del país son por mucho las más vulnerables a la violencia en el hogar. Sin embargo, las féminas con mayor escolaridad e ingresos laborales también sufre de violencia, sólo que disminuye la física, pero aumenta la emocional.

Así es como 11 millones de mujeres han sufrido por lo menos una agresión de sus maridos, mientras que 9 millones han sido violentadas por ellos en más de una ocasión o de forma repetida.

El tipo de violencia cambia de acuerdo con las características particulares de las mujeres. La violencia al interior de los matrimonios puede ser clasificada en casos de violencia física, violencia emocional, violencia sexual, y violencia económica; pero uno u otro tipo de violencia se presenta más a menudo dependiendo de las características de la mujer.

Tipos de violencia

La violencia física se define como cualquier acto que inflija un daño no accidental, usando la fuerza física o algún tipo de arma u objeto que pueda provocar lesiones internas o externas. Estas agresiones, que incluyen actos como empujones, jalones de pelo, patadas, golpes con la mano o puño, o golpes con algún objeto o arma punzocortante se presentan con más frecuencia en los matrimonios donde las mujeres reportan ingresos personales más escasos.

En promedio, el 15% de los matrimonios en los cuales las mujeres perciben un ingreso menor a los 5 mil pesos mensuales presentan casos de violencia física recurrente, lo cual contrasta con los matrimonios donde las mujeres ganan 10 mil pesos o más, y en los cuales menos del 7% afirma sufrir este tipo de agresiones de forma frecuente.

Sin embargo, no es tan solo el ingreso de la mujer lo que debemos tomar en cuenta, sino la relación que guarda respecto al salario de su marido; pues la violencia física es más frecuente en los matrimonios en donde tanto el hombre como la mujer tienen salarios bajos. Ejemplo de esto es que dentro los matrimonios en donde ninguno de los dos cónyuges gana más de 5 mil pesos al mes, un 14.70% de las mujeres reportan sufrir agresiones o abusos físicos de manera frecuente.

La violencia psicológica o emocional, se consideran agresiones como insultos, amenazas, intimidaciones, humillaciones, indiferencia, omisiones, menosprecio, burlas, y aislamiento entre otras. Este tipo de violencia, a diferencia de la violencia física persiste aun entre las mujeres con mayores ingresos, y aún más cuando el marido trabaja, pero gana un salario muy bajo.

En México, 10 de los 26 millones de mujeres casadas reportan haber sufrido al menos una agresión de esta naturaleza, lo cual hace a la violencia emocional la más común en nuestro país.

En promedio, sin importar el nivel de ingresos de sus maridos, las mujeres casadas sufren casos de abuso emocional recurrente en el 37 por ciento de los casos; y en el caso de las mujeres que perciben salarios altos (más de 10 mil pesos mensuales), este porcentaje no cambia.

Violencia es violencia

Cabe destacar que todas las agresiones, sean de naturaleza física, emocional, sexual, o económica, se reportan más a menudo en los matrimonios donde las mujeres reportan tener más hijos. De hecho, mientras que las mujeres casadas y sin hijos reportan nunca haber sufrido ningún tipo de agresión por parte de sus maridos en el 72 por ciento de los casos; este porcentaje se reduce un 13 por ciento cuando se trata de las mujeres con más 4 de hijos, quienes reportan no haber sido víctimas de ninguna agresión marital en solo el 59 por ciento de los casos.

De igual forma, las agresiones físicas recurrentes aumentan en un 3 por ciento con cada hijo que la mujer casada reporta; y lo mismo sucede con los abusos emocionales, los cuales aumentan un 2.2 por ciento con cada hijo en promedio. Por último, las agresiones sexuales y económicas también aumentan por cada hijo que se reporta: las primeras aumentando en un 1 por ciento, y las agresiones económicas (definidas como el chantaje del hombre hacia la mujer entrevistada, al controlar los ingresos monetarios del hogar, o bien, al cuestionar la forma de utilizarlos) crecen en un 2.1 por ciento.

Aunque se ha segmentado la violencia en diferentes tipos, no le quita el hecho de que cualquier acto agresivo, ya sea físico o emocional, es violentar la integridad de la otra persona. Violencia en cualquiera de sus presentaciones es violencia, la cual tiene un impacto importante, en este caso, en las mujeres casadas.

Pero si algunas mujeres son más propensas que otras a sufrir violencia, hay dos variables que agravan la situación: el ingreso que gana la mujer y el ingreso total de ambos.  En el caso de la violencia física, podemos ver el efecto de la dificultad económica cuando observamos que a medida que los ingresos de la mujer son más bajos, la violencia física es más frecuente; y que esta empeora cuando el marido también presenta un nivel de ingresos bajos.  Lo mismo puede intuirse de las mujeres con más hijos, quienes probablemente enfrenten más retos económicos que aquellas mujeres casadas pero que no los tienen. Sin embargo, también vimos que la violencia emocional parece mantenerse aun cuando el ingreso de la mujer es alto; lo nos remite a la posición de desventaja que sigue ocupando la mujer dentro del matrimonio y que la mantiene vulnerable incluso en los perfiles “seguros”.

 

 


Con información de Nexos

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