Redacción / Considerada la novena mejor actriz del mundo, Marlene Dietrich, es homenajeada por Google dedicándole el doodle del día de hoy.
Marie Magdalene Dietrich nació el 27 de diciembre de 1901 en Schöneberg, Berlín, en una familia de clase media, tuvo una hermana llamada Elisabeth, con quien se distanció por su relación con los militares y funcionarios nazis.
En su infancia las dos hermanas recibieron una educación estricta que incluía aprender francés. Magdalene Dietrich demostró su interés por la fama y el espectáculo y, con tan solo 11 años, ya se hacía llamar Marlene.
En su adolescencia también se interesó por la poesía y el teatro, y hasta aprendió a tocar el violín, aunque no pudo dedicarse a ello por una lesión de muñeca.
La actriz saltó a la fama mundial con su papel como cantante de cabaret Lola-Lola en la primera película de habla alemana, “Der Blaue Engel” (1930) y su versión en inglés, “The Blue Angel”, cinta que aborda la decadencia humana.
Marlene Dietrich dio la vuelta a las nociones y estereotipos sobre la feminidad: se puso un esmoquin y un sombrero de copa como una sensual bailarina de un club nocturno en Marruecos, y vistió trajes de seda fuera del set.
Solo tuvo una hija, y la fama que llegó a construir con sus películas (y por las cuales fue considerada una musa del Séptimo Arte) no le valieron para llenar los espacios de soledad y abandono.
“Me visto para la imagen. No para mí, no para el público, no por la moda, no para los hombres”, declaró la actriz en una entrevista en 1960 al diario ‘The Observer’.
Marlene pasó la última década de su vida recluida en reposo en su apartamento de la avenida Montaigne de París, a buen seguro que porque no quería que la vejez empañase la imagen de mito que tenía. En esta etapa fue muy aficionada a escribir cartas, poemas de amor y a llamar de por teléfono a diversos continentes, algo que acentuó sus desorbitados gastos.
A los 90 años, Marlene Dietrich murió producto de una insuficiencia renal. Su último respiro lo dio en París, Francia, el 6 de mayo de 1992. Su cuerpo, cubierto con una bandera de los Estados Unidos, fue enviado a Berlín donde fue enterrada en el cementerio municipal de Berlín-Schöneberg, su lugar de nacimiento, junto a su madre como lo había deseado.
Para la posteridad ha quedado su ruptura de estereotipos y tabúes, su personalidad interpretativa y alguna de las películas que protagonizó, consideradas obras maestras del cine.