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«ACTOS DE PODER»: Populismo tricolor

Jesús Reyes Heroles ha sido humillado. Su memoria mancillada.

Y el insulto salió, nada más y nada menos que del mismísimo partido que dirigió: el PRI.

Eliminar, como propone el neo-priísta Enrique Ochoa Reza, gerente del CEN del PRI, las diputaciones plurinominales, va en contra de la esencia de la Reforma Constitucional que dio paso a la pluralidad en México. Darle espacios a la oposición, principalmente a la izquierda.

Tras la propuesta de Ochoa Reza viene la intención de desaparecer los espacios de decisión a las minorías. Para el priísta que más alentaba a no dejar llegar al “populismo” a la vida nacional, se le hizo fácil caer en el discurso fácil y populachero que tanto critica.

Quizá Ochoa Reza, y quien lo mandó a declarar y a proponer la desaparición de las pluris, piensa que el ejemplo venezolano le vendría bien a México en estos días. Aplastar a la oposición, segregarla, arrinconarla, desaparecerla. Maduro, dicen los más rabiosos detractores del populismo, no respeta los derechos de los venezolanos e implantó una dictadura al desaparecer al Congreso. Eso mismo es lo que el PRI le está proponiendo a los mexicanos.

Pero al mismo tiempo, los priístas, se están dando un tiro en los pies. Son mayoría en el Congreso gracias a los plurinominales de sus rémoras: el Verde, el PANAL y el PES.

¿Ya se les olvidó que sus coordinadores parlamentarios han sido, en su mayoría, pluris?

En medio de la desgracia que se vive por los sismos del 07 y 19 de septiembre, el PRI sale con una propuesta que les quita la máscara, con un discurso digno, dirían ellos, de Chávez o Maduro, de minar desde sus cimientos a la pluralidad en México.

Salida fácil para momentos de grave crisis nacional. Y no sólo por el terremoto que acabamos de vivir, sino por los cientos y miles de desaparecidos y muertos durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.

“Eliminemos plurinominales” dicen los priístas, asumiendo que responden a la voz de pueblo, que es la voz de Dios. “Reduzcamos a los pluris a nivel local, estatal y federal”, proponen los priístas, como si eso le diera empleos bien pagados a los mexicanos y se terminara la corrupción.

Enrique Ochoa, de quien no consta registro de una militancia efectiva más que en papelitos sacados de algún archivo muerto, mancilló la memoria de uno de los más grandes pensadores de la política mexicana del siglo pasado.

Reyes Heroles fue, sin duda, el último ideólogo del PRI y el gran promotor del pluralismo mexicano, sin él no se entendería el México de hoy.

De caer en la trampa, los mexicanos estaríamos de regreso en la “dictadura perfecta”.

Después de lo vivido este mes en Oaxaca, Chiapas, Puebla, Morelos, Estado de México y Ciudad de México, lo peor que podemos hacer es “regresar a la normalidad”. No. Ya los jóvenes arrancaron y caminaron miles de kilómetros en cuanto a la participación social.

No les dejemos a estos ambiciosos el camino libre. Bien dice Emilio Álvarez Icaza “¡Gente! El gobierno tiene daño estructural. URGE DEMOLERLO”

La Letrina

Ahora los partidos se están peleando por deshacerse del dinero público para las campañas. Considero que no se debe eliminar el financiamiento público. Creo que la mejor salida es disminuir la participación del dinero que sale del erario al mínimo y que los militantes sostengan sus burocracias.

Sería un riesgo dejar que dinero negro llegue más fácil a las arcas de los partidos.

Que los militantes paguen mensualmente sus cuotas, de un monto no mayor a los 10 mil pesos, y que los partidos reciban dinero público según los votos recibidos.  

Y, por supuesto, que el dinero que dicen van a entregar de las campañas del 2018 no sea manejado por los partidos en fideicomisos u otra figura similar.

Que el dinero de las campañas 2018 quede en manos de un Comité Ciudadano de Reconstrucción con una auditoria internacional.

¡Ya basta de sostener vividores de la necesidad nacional!

 

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