A principios de los años setenta, la actriz Linda Boreman protagonizó la película “Garganta profunda” y se convirtió en la primera “estrella del entretenimiento erótico”. El filme fue un parteaguas en la industria pornográfica. La cinta rompió récord en taquilla.
Años después, ella declaró que “cuando ven la película Garganta profunda, están viéndome siendo violada. Es un crimen que la película se continúe mostrando; había una pistola apuntando a mi cabeza todo el tiempo”.
Esta película se ha visto envuelta en polémicas desde que la Linda acusó que fue forzada, física y psicológicamente –por su marido y el director– a realizar las escenas sexuales.
Hace unos días, en el auditorio Ricardo Flores Magón de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), feministas protestaron ante la proyección pública de la película. Las inconformes acudieron para pedir la cancelación de la proyección.
Al lugar acudió la Coordinadora de Atención a estudiantes de la facultad, Denisse Tamés, quien mencionó que “las mujeres que protestaban censuraron una exposición de cine de arte, además de confrontar a la comunidad universitaria. Lo que se intentaba hacer era que la gente a partir de una violación, de la plasticidad, debatiera y se posicionara”.