Los resultados del examen que unos días atrás había hecho Santiago para estudiar Ingeniería confirmaron lo que su mamá había intuido al encontrar a su hijo ahorcardo con la sábana de su cama: No se había quedado en el Politécnico. Más de 100 mil jóvenes acudieron en mayo pasado a presentar su examen de ingreso a alguna de las 56 ingenierías y licenciaturas que ofrece el Instituto Politécnico Nacional, solo 23 mil 349 lo lograron.
Con esta lamentable cifra el gobierno federal se pavonea de sus reformas educativas y espera que sean uno de los elementos fundamentales para ganar la presidencia de México en 2018.
Nadie ve ni oye a miles de jóvenes que están sumidos en la depresión porque al gobierno federal y a los legisladores no les conviene aumentar el presupuesto para la educación; quieren seguir teniendo un pueblo ignorante que les permita mantener sus cuotas de poder, raterías y ambiciones personales.
Mientras una joven vida se extingue ante la frustración de no ver su nombre entre los elegidos por los “jueces calificadores” del Politécnico, el presidente Enrique Peña Nieto disfruta del abrazo y sumisión de los priístas a quienes llama a ser soldados de la patria y a defender la permanencia de este partido, cueste lo que cueste.
Dirigentes de partidos políticos que han encontrado en estos organismos un lucrativo negocio gastan miles de millones de pesos que les otorga de manera cínica a los funcionarios del Instituto Nacional Electoral (INE) en giras y spots televisivos, prometiendo acabar con la desigualdad en la que viven millones de mexicanos.
La mayoría de los legisladores de todos los colores, rojos, verdes, amarillos, azules, naranjas y demás viajan por el mundo hospedándose en hoteles lujosos y degustando deliciosos manjares, sin sentir el más mínimo remordimiento y negándose rotundamente a incrementar el presupuesto a las instituciones educativas y públicas como lo son la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el IPN que por falta de recursos no puede aumentar su matrícula.
Mientras una madre llora la muerte de su hijo, los políticos de siempre se aprestan para brincar de una cámara a otra enarbolando su deseo de generar nuevas leyes que hagan de este país una nación más democrática en la que se elija por voto directo a sus gobernantes, sabiendo que un alto porcentaje de quienes acuden a las urnas son personas sin preparación académica.
¡El hambre los obliga a vender su voto!
Para Joel Ortega, recién nombrado presidente de la Sociedad de Ex alumnos de la ESIME, del IPN, la respuesta ante la crisis educativa es que el grupo dirigente de nuestra institución y de nuestras escuelas se ha desvinculado de la política, de que no hemos sido capaces de interesar al gobierno en los proyectos estratégicos que tienen su origen en la academia y la investigación y así demostrar que los ingenieros podemos y debemos participar en aquellas áreas donde las decisiones competen y deben ser tomadas por ellos, como sucede en los países avanzados que integran la Comunidad Europea, China y Japón entre otros.
Por eso estamos a favor de un cambio en la legislación federal y local para que los cargos de la administración pública que requieran conocimientos técnicos sean ocupados por Ingenieros y no como está pasando ahora; e invitaremos a las demás organizaciones de ingenieros a iniciar esta cruzada que reevalúe nuestra profesión.
Asegurar que es posible que el Politécnico y la ESIME recuperen su papel protagónico como instituciones del Estado Mexicano, si cumplimos con eficacia y eficiencia la misión de formar a los nuevos ingenieros y de dar una cobertura amplia en el nivel de educación Media Superior, es buscar que nuestros egresados de licenciatura y posgrado sean de excelencia, sin que el Politécnico y la ESIME pierdan su capilaridad social y su origen popular.
Ortega impulsará a la ESIME como medio de integración profesional y generador de proyectos que amalgame lo mejor de los egresados y las nuevas generaciones. Para ello reactivarán el Congreso Anual de Ingenieros Egresados de la ESIME, el cual se llevará a efecto en los primeros meses del año entrante.
Con el concurso de los egresados y de las empresas que invierten en México, establecerán una Bolsa de Trabajo para apoyar a los recién egresados y acercarles oportunidades de empleo y se impulsará la publicación de trabajos académicos e investigaciones afines a los contenidos curriculares de las carreras de la ESIME, con el fin de retomar la tradición de los libros de texto de los docentes en activo.
“Queremos que se revise la viabilidad de volver a tener una sola ESIME, con un solo Consejo Técnico Consultivo Escolar, que recupere su autonomía académica para realizar las reformas de sus planes y programas de estudio, en donde se regresen facultades y atribuciones para que los Directores de las Unidades puedan nombrar a sus colaboradores y contratar a los profesores que se necesiten dentro de su plantilla de plazas vacantes, por convocatoria pública, abierta y riguroso examen de oposición.
“Por eso apoyaremos la defensa de la educación técnica en cualquiera de sus niveles y expresiones, máxime cuando ha desaparecido la Subsecretaría de Educación e Investigación Tecnológica y cada cambio sexenal viene con nuevos planes y programas, por eso defenderemos al Politécnico con su patrimonio académico completo como son Canal 11 y el Cinvestav y los CECyTs que son indispensables para la formación integral de los estudiantes de educación tecnológica”.
¿Cuándo se tomará en serio la educación?
Columna de Elena Chávez. Estudió periodismo en la escuela “Carlos Septién García”. Ha escrito los libros “Ángeles Abandonados” y “Elisa, el diagnóstico final”. Reportera en diversos diarios como Excélsior, Ovaciones, UnomásUno; cubrió diferentes fuentes de información. Servidora Pública en el Gobierno del Distrito Federal y Diputada Constituyente externa por el PRD.