El gato es un animal que en estado “salvaje” está acostumbrado a refugiarse, cazar, aparearse y marcar su territorio. Pero su relación con el ser humano ha generado cambios en su dinámica, ahora deben realizar sus actividades en los espacios que los propietarios han designado al interior de sus hogares.
Si bien es cierto que los gatos pueden adaptarse a nuestro estilo de vida, algunos otros no logran acostumbrarse y desarrollan cambios y alteraciones en su comportamiento, derivando en estrés e incluso sedentarismo, dos de los síntomas causados por la falta de un ambiente poco atractivo para las necesidades del gato.
La forma más común de estrés en los gatos es cuando desean realizar alguna actividad física como trepar a la mesa o bien si el dueño no ha tenido tiempo de jugar con él; esto provoca que su energía se acumule y genere frustración, en ocasiones escondiéndose del dueño y provocando que los regaños excesivos le hagan perder su confianza y lo vuelvan un felino inseguro.
El estrés se ve reflejado en el cambio de conducta, si antes era un gato dócil y fácil de manipular, ahora se convierte en un gato tímido y desconfiado que evita el contacto con personas que visitan el hogar y prefieren estar aislados. Incluso un cambio de muebles, de domicilio, otras mascotas o la llegada de una nueva persona en la dinámica familiar les genera estrés, pues no olvidemos que los gatos son animales muy territoriales.
La agresión es otra consecuencia que se puede presentar tanto con otros gatos como con las personas mismas, pues al sentirse inseguro siente que el defenderse es la única manera de estar a salvo en su propio entorno.
El marcaje de los muebles con la uñas y orina es otro síntoma, por ello los dueños deben proporcionar siempre un rascador a sus gatos, ya que es una conducta instintiva que algunos propietarios no comprenden y terminan por castigarlos. A diferencia de los perros, los gatos reaccionan mejor a los estímulos positivos.
La falta de aseo o lamido excesivo, también es una señal de alerta de que el gato no se siente bien o algo malo sucede en su entorno. En estos casos el propietario debe acudir de inmediato al veterinario, a fin de encontrar la mejor terapia para combatir el estrés o bien descartar algún otro padecimiento.
Actualmente, en el mercado existen productos como Feliway, que pueden ayudar a contrarrestar algunos problemas de conducta y de marcaje, pero lo ideal es siempre consultar a un especialista para que el gato vuelva a sentirse seguro en su propio hogar.