Debido a la falta de profesionalismo y conocimiento de quien ejerce la Dirección General del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), organismo descentralizado de la Secretaría de Salud, Doctor Jorge Salas Hernández, la tasa de mortalidad se ha incrementado un 18% en los últimos dos años, pero la crisis más severa viene desde hace seis meses, cuando la dirección general entró en conflicto de intereses con las áreas de Administración y Mantenimiento, además con la subdirección de Recursos Materiales y Servicios Generales.
Hostigamiento laboral y violentar los derechos humanos de algunos trabajadores, suspensiones injustas en algunos casos, inhabilitaciones definitivas, designaciones de personal que no tiene la experiencia necesaria para ocupar los puestos en que han sido nombrados por el director general, son algunas de las irregularidades que suceden hoy en el valioso Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) .
Ejemplo de ello es que desde hace seis meses se han estado postergando y reprogramando las cirugías a los pacientes, se han dejado de adquirir medicamentos del cuadro básico, material de curación y los reactivos de laboratrios , además de material de limpieza.
La paralización al suspender funcionarios clave e inhabilitar personal hace que actualmente no se atiendan áreas tan sensibles como las áreas especiales de atención a enfermos de VIH, que la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación les ha indicado mediante oficios que sea: “la atención médica de más alta calidad humana”.
Respecto a la normatividad que rige al instituto, es una condición de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del sector público, que rige a la administración pública, que este instituto debe cumplir con un programa anual de adquisiciones y que éstas deben realizarse principalmente a través de licitaciones públicas, nacionales o internacionales.
Este rubro ha sido quebrantado por el titular del organismo, debido a que no se han llevado a cabo las licitaciones y, en cambio, se han hecho adjudicaciones directas por montos pequeños, incurriendo con esto en fraccionar las compras que se deben llevar a cabo por licitación pública.
Es a partir de una serie de desacuerdos entre la Dirección General del Instituto, a cargo de el Doctor Jorge Salas Hernández y el área de Adquisiciones que ha logrado que el INER se venga abajo en calidad de atención a los pacientes registrándose ya varias demandas por negligencia médica.
Desde enero, el INER no ha ejecutado su Programa Anual en Materia de Adquisiciones 2017 y el Órgano Interno de Control tiene conocimiento de ello, sin que hasta la fecha se pronuncie respecto a esta situación.
Es un limbo en el que se encuentran administrativos y pacientes, ante las malas decisiones que ha tomado la Dirección General. Es parte de su responsabilidad nombrar a personal calificado y contratar a empresas que tengan el conocimiento técnico y la solvencia económica; sin embargo, desde el inicio de su gestión, nombró a la licenciada Adriana Díaz Tovar como Directora de Planeación, a Liliana Elizabeth Morales Suárez, como jefe del departamento de Planeación, y posteriormente como subdirectora de Recursos Materiales y Servicios Generales, además de Sandra Angélica Zamora Rodríguez como jefa del departamento de Adquisiones y Nallely Alfaro Tepox como jefa del departamento de Planeación.
Ninguna de ellas, de acuerdo a sus perfiles profesionales publicados en el portal de transparencia del INER, cuenta con la experiencia profesional adecuada para ocupar estos cargos de tanta responsabilidad en la operación del Instituto.
Respecto al ambiente laboral generado de hostigamiento y violaciones a la Ley Federal del Trabajo, los casos que se mencionan a continuación han llevado a la paralización administrativa y al mal clima negativo: el licenciado Raúl Padilla Aguilar, ex titular del departamento de Adquisiciones fue despedido de manera injustificada en este mismo año; la subdirectora de Recursos Materiales y Servicios Generales, María Guadalupe Gómez Navarro se le pidió su renuncia; el área sustantiva de Administración se quedó sin directora esta semana, ya que el Órgano Interno de Control inhabilitó a la Contadora María Edith Socorro Escudero Coria por 10 años; caso similar esta misma semana a la jefa de Tesorería, contadora Dafne Quintanar Bravo, por la misma cantidad de años.
La complicidad del Órgano Interno de Control es obvia, no cumple sus funciones de orientación y se le ve como artífice de la Dirección General en estos movimientos laborales.
Personal del INER entrevistado que lleva más de 25 años dentro de la Institución, hoy confirma que esta información está publicada en la página de transparencia del INER: las contrataciones, las compras de adjudicaciones directas registradas en el sistema compranet, y nos confirman que muchos empleados y doctores están acudiendo a instancias como la Secretaría de Función Pública, a la Secretaría de Salud, a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y al Conapred, para que se ponga orden y legalidad en estos temas que huelen a conflicto de intereses y corrupción, y han originado que este Instituto pierda el prestigio en materia de salud y servicio al paciente que durante años tuvo.
Ma. Esther Aduna, es Social Media Manager de Comunicación Estratégica Azur SC.