“…esa sonrisa muy tuya, como un milagro de todas horas, de todos y de siempre”.
Un amasijo de sentimientos, conatos de sonrisas y de llanto, gritos esporádicos, gestos emocionados cuando aproximo tu recuerdo; manos frotadas con desesperación al evocar tu voz de niño. Concluir que, en efecto, el mar se mide por olas, el cielo por alas y nosotros por lágrimas, como dijo Sabines; también que cuando te tuve en mis brazos por vez primera diste luz a mis ojos y lograste despertar en mí el más entrañable de los sentimientos.
No sé quién de los dos merece más una alabanza, si tú por tolerar mi apatía, desdén y alejamiento por tantos años o yo por tratar de ocultar un revoltijo de canas, amagos de arrugas, púas faciales, anteojos bifocales, piel endeble, muelas incompletas, reumas y calambres, ojos escépticos en los que, de pronto, vuelve a brillar la fe y cejas gachas que se levantan maravilladas al mirar tu sonrisa; esa sonrisa como un milagro de todas horas, de todos y de siempre.
Si bien el “Paco” corresponde al Francisco, Juan Francisco que es tu nombre castellano completo, lo cierto es que ha sido hábito cotidiano la utilización del primero de parte de quienes por ti prodigan el más sincero afecto. Solamente Miriam, tu compañera de vida, Mary, tu madre, tus hermanos y en este caso yo, poseemos el salvoconducto necesario para llamarte de esa manera. ¡Qué caray!, por algo eres la parte delgadita de mi piel, el aire que respiro, mi alma toda, ¡qué duda cabe!
Pues bien querido hijo, este día tan especial para los dos, me alegra recordar que compartes conmigo esta religión, y no mero compromiso, que es el amor por la vida, la naturaleza, lectura y el periodismo, cada quien a su modo.
Aún no acordamos dónde nos vamos a zampar esos deliciosos chiles rellenos con queso en crema, acompañados con nopales y frijoles de olla y chicharrón, que prepara Mary. Pero créeme, no hace falta, de tu espíritu conservo una radiografía casi completa.
Admito guardar en mi ajado corazón episodios hilarantes y muy gratos de tu infancia, como aquellas ocasiones en que te esfumabas del jardín de niños antes de la hora de salida, con el argumento de que la clase había terminado. Esos lances tuyos lograron acabar, también, con los nervios de maestras y directoras, luego de tremendos sobresaltos. O cuando, acompañados de tu hermano Diego, íbamos a escuchar el “Huapango” de Moncayo, en la Sala Nezahualcóyotl.
Con todo y tu carácter inquieto, desde la primaria hasta la licenciatura, fuiste un muchacho estudioso, bondadoso, noble, afectuoso, gustoso del quehacer cultural y lo que te ha distinguido toda la vida: tu sonrisa.
Ya eres todo un hombre, Paco, y no tengo duda de que te seguirás abriendo muchos más caminos, pero recuerda: si no luchas por lo que amas, luego no llores por lo que pierdes; sin embargo, creo en tu optimismo y energía para derribar cualquier obstáculo.
Es un hecho que lo PUMAS no juegan como el Barcelona, pero no olvides tratar con eficiencia y pulcritud a los visitantes del Museo Universitario de Ciencias y Artes, como hasta ahora lo has hecho. Debo decirte, asimismo, que hagas todo lo que a ti te gusta, no lo que los demás hacen. Alabarán tus éxitos y sufrirán tus fracasos. Pero, no lo dudes, en ambos casos seré tu cómplice, tu incondicional.
Otra cosa importante que encontrarás en este escabroso pero, también, maravilloso mundo, es que se puede ser justo sin ser implacable, discreto sin ser retraído.
Celebro al hombre amante de los libros que eres, de piel delgada y voluntad gruesa. Y si algún día el destino te coloca en la coyuntura de llorar, búscame, ahí estaré para llorar contigo.
Ya de vuelta de este breve repaso, te sugiero a la confianza como bandera contra cualquier tropiezo y la sensibilidad para atender la vida con valentía y justicia. Por último, hijo, reconozco que no he sido el mejor padre; aunque el más orgulloso sí, porque te quiero con toda el alma… ¡Felicidades!
Cut Domínguez. Es periodista cultural. Ha dirigido espacios como la jefatura de Prensa de Difusión Cultural de la UNAM; coordinador de Prensa en la Ciudad de México del Festival Internacional Cervantino; Subdirector de Difusión del Polyforum Cultural Siqueiros; Jefe de Prensa de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes. Asimismo, ha sido colaborador de diarios y revistas nacionales.