La relación entre México y Canadá ha vivido bajo la sombra del Tratado de Libre Comercio. Lo único que la mayoría de los canadienses conoce de México son sus hermosas playas, a las que año con año llegan dos millones de turistas que escapan del crudo invierno. Por lo tanto, la visión que Canadá tiene de nuestro país es parcial y limitada.
Este simple y realista diagnóstico de la Dirección General de Inversión e Innovación del Ministerio de Asuntos Internacionales de Canadá, es el punto de partida de una estrategia que busca “escalar” la relación entre ambos países, más allá del turismo y el TLCAN.
Desde la perspectiva canadiense, una acción fundamental para que esto suceda es promover y propiciar las relaciones persona-persona. Es tiempo de que canadienses y mexicanos se vean frente a frente, cara a cara.
En Canadá, el denominado networking es parte de la cultura social, profesional y empresarial. Se trata de las redes que va tejiendo un individuo con otras personas con el objetivo de obtener contactos profesionales que se traduzcan en empleo, negocios o proyectos de interés mutuo. Esta actividad se realiza todo el tiempo, pero sobre todo en espacios donde personas con perfiles similares se reúnen para conocerse, presentarse, compartir ideas, actualizarse e intercambiar tarjetas para posteriormente darle “follow up” o seguimiento a sus pláticas o acuerdos.
Esta práctica es parte del ADN canadiense y su importancia se puede constatar en una ciudad como Toronto, donde el 80% de los trabajos se obtiene a través de los contactos logrados a través del networking, según datos del Consejo Regional de Empleo para Inmigrantes.
En la era de la información y con tanto ruido en Internet no hay mejor fórmula de conocerse uno al otro sino de manera directa. No obstante, esto será difícil de lograr y la principal barrera a vencer es el idioma, según nos confió Sean Stanleigh, editor de la sección “La Era Global” del prestigioso periódico de circulación nacional The Globe and Mail.
Para el periodista, las compañías de su país deben actuar globalmente y dejar de ver a México solo a través de los lentes de sol y playa. Sin embargo, subraya que para los canadienses la barrera de la lengua no es un asunto menor. En automático, consideran que establecer contactos o lazos con los mexicanos es un problema más complejo de manejar que los relacionados con los conflictos sociales y de inseguridad que enfrenta nuestro país.
Stanleigh enfatiza que los mexicanos debemos ser más abiertos y atrevidos para conectar con los canadienses. Sugiere que funcionarios, empresarios, emprendedores, investigadores, estudiantes y artistas busquen conocerse con sus contrapartes, reunirse en persona y formar redes de trabajo que logren consolidarse y hacerse fuertes.
Los mexicanos deben ir a Canadá y ofrecer conferencias ante grupos de 50, 100 o 200 canadienses para darles a conocer las oportunidades que el país ofrece y, si es necesario, generar las condiciones para que viajen y conozcan directamente lo que México está haciendo.
En este sentido, propone que los diferentes sectores interesados recurran a una figura similar a la de los fixers contratados por los corresponsales internacionales cuando realizan una cobertura en un país desconocido. Se trata de personas locales que conocen la lengua, entienden la cultura y saben cómo evitar los problemas en la zona. El fixer funge como traductor y guía pero también realiza relaciones públicas y pacta entrevistas que de otra manera no serían posibles, gracias al conocimiento de los personajes clave y el contexto de las historias.
En la línea de generar acercamientos persona a persona entre mexicanos y canadienses, otra de las acciones de la estrategia del Primer Ministro, Justin Trudeau, será impulsar un mayor intercambio estudiantil y facilitar la movilidad laboral para que más paisanos puedan trabajar en el país de la hoja de maple.
Por otra parte, Canadá quiere concentrarse en proyectos de innovación, investigación y apoyo de startups con sus contrapartes mexicanas. Este enfoque permitiría el desarrollo de nuevas tecnologías y aplicaciones móviles útiles para la industria de servicios, transporte o seguridad.
La era Trump y la renegociación del TLCAN le han dado a México y Canadá la oportunidad histórica de replantear su propia relación. Para aprovechar su potencial, nuestro país deberá vencer no sólo la barrera geográfica que representa Estados Unidos sino, quizá, la más importante, la barrera cultural: idioma e idiosincrasia.
Afortunadamente, cada vez son más mexicanos y latinoamericanos que han comenzado a construir esos puentes de conocimiento entre Canadá y la región. Apenas hace unos días, LatAm Startups fundada por la colombiana Miryam Lazarte y Jens Porup, reunieron en Toronto a más de 200 emprendedores, empresarios, investigadores e inversionistas de Canadá, México, Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Venezuela, entre otros, para explorar las posibilidades de negocio en rubros como: Internet de la Cosas, Inteligencia Artificial, Fintech y Agrotecnología.
La realidad de la relación bilateral entre México y Canadá puede cambiar en el terreno de juego y no en un escritorio burocrático o en un cóctel diplomático. Es momento de que ambos países y sus ciudadanos se miren directamente a los ojos, se reconozcan, comiencen a hablarse, se entiendan, acuerden y empiecen a trabajar.
Estos encuentros y sinergias darán frutos y serán más productivos que boletines de prensa o declaraciones estruendosas sobre el buen estado que guardan las relaciones bilaterales, que de acuerdo con un mensaje del presidente Enrique Peña Nieto, tras recibir a la canciller canadiense Chrystia Freeland en Los Pinos, se encuentran en uno de sus mejores momentos.
Bolas de Nieve
Sinergia. Los sectores empresariales de México, Estados Unidos y Canadá conformaron la Alianza Económica de América del Norte para aconsejar con una sola voz a sus gobiernos sobre la necesidad de preservar y modernizar el pacto trilateral de TLCAN.
Frente común. El presidente de la Asociación de Gobernadores (NGA) de Estados Unidos, Terry McAuliffe, aceptó una propuesta de su homólogo mexicano Miguel Ángel Mancera para crear un frente trilateral de apoyo al TLCAN junto con Canadá.
Conflicto. El SAT debe más de 360 millones de dólares en devoluciones de impuestos a seis mineras canadienses, según fuentes y documentos oficiales corroborados por la agencia de noticias Reuters. La noticia representa un eventual enfrentamiento entre estas compañías y el Gobierno de México.
Gabriel Ramírez, periodista mexicano en Canadá.