El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, podría realizar, en breve, una visita a México para enviar un mensaje de unidad y fortaleza entre ambas naciones en vísperas de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El anuncio y la confirmación de la fecha podrían concretarse esta misma semana después del encuentro que sostendrán en la Ciudad de México la Ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland y el Secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray.
La posibilidad y conveniencia del viaje se había estado evaluando en Ottawa semanas atrás pero ésta se acrecentó el pasado jueves luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, notificó al Congreso su intención de renegociar el acuerdo y abrió un periodo de 90 días para consultar a legisladores y sectores de su país, antes de sentarse a la mesa con sus socios comerciales.
Ese mismo día, la canciller canadiense anunció que sostendrá este martes 22 de mayo un encuentro con su homólogo mexicano, así como con Ildefonso Guajardo, Secretario de Economía. En una conferencia con medios, la funcionaria subrayó: “Estaré en México, en parte, para discutir lo relacionado con el tratado”.
El TLCAN es en este momento el principal tema de interés en la relación entre México y Canadá. Las exportaciones de ambos países van principalmente a Estados Unidos. El acuerdo, que data de 1994, produce diariamente un intercambio de bienes por 2 mil 600 millones de dólares en Norteamérica.
Sin embargo, la canciller canadiense estará en México, “en parte” para ver lo relacionado con el acuerdo. La propia Freeland expuso en ese momento que no sería conveniente revelar las cartas que Canadá llevará a la renegociación. No obstante, la decisión de anunciar el viaje a México y la declaración a la prensa sobre “una parte” de los motivos de su encomienda en nuestro país hacen suponer que “la otra parte” de su agenda será ver y analizar las condiciones para una eventual visita del Primer Ministro, Justin Trudeau, a México. Esto, sin duda, representará un reto mayor no solo para la funcionaria, en cuanto a emisaria, sino para el Gobierno de Canadá.
La administración Trudeau y el propio Primer Ministro deberán ponderar la conveniencia de “usar” su capital político internacional visitando un país, que si bien es su socio comercial, atraviesa por una infrenable espiral de inseguridad, violación de derechos humanos, corrupción, ilegitimidad de la clase política y un proceso electoral permeado por el miedo y la desconfianza. Un país de desaparecidos, periodistas asesinados, feminicidios, ejecuciones extrajudiciales, crímenes de alto impacto y una guerra contra el narcotráfico que después de 11 años y más de 170 mil muertos, demostró no ser la solución.
El propio Trudeau presentó ante el parlamento de su país una propuesta para legalizar la producción, distribución y consumo de marihuana recreativa, que de ser aprobada, convertirá a Canadá, en julio de 2018, en el primer país del G7 en implementar una medida de ese calibre. El joven y carismático político argumenta que de esta manera los grupos criminales perderán sus ganancias en el mercado negro.
La renegociación del TLCAN también se da en el contexto de la celebración de los 150 años de Canadá, una fecha en que este país se enorgullece de ser una nación próspera, unida, libre y pacífica, características y valores que distan de lo que día a día se vive y sufre la sociedad mexicana. Una realidad que sería inadmisible para un político de la talla de Trudeau pasar por alto en una eventual visita, a menos que, decida evitarla o anteponer los intereses económicos de su país a su propia visión y agenda de respeto a los derechos humanos.
Canadá y México tienen una relación diplomática de 70 años. Con la llegada al poder del Partido Liberal en 2015, sus relaciones se han estrechado. El primer ministro Trudeau recibió en visita de Estado al presidente Enrique Peña en junio de 2016. En aquella fecha y cuando el fenómeno Trump no se consideraba una posibilidad real, ambos anunciaron con bombo y platillo la eliminación del requisito de visa para turistas mexicanos. Esa fue una señal de amistad y de los nuevos tiempos que iniciaban para ambas naciones. Hoy, con Trump en la Casa Blanca, y para quien el TLCAN ha sido un desastre ya sea con México o Canadá, los dos países han comenzado a mover las piezas del ajedrez y empezarán a mostrar sus cartas.
Es en este contexto en el que las altas esferas del gobierno canadiense decidirán si la visita de Trudeau a México abona a sus intereses mientras la cuenta regresiva para la renegociación del acuerdo comercial más poderoso del mundo sigue avanzando.
*Gabriel Ramírez, corresponsal Canadá.