Debido a un brote de influenza aviar registrado en Jalisco, esta semana corrió el rumor de una probable alza en el precio del huevo.
De acuerdo con una nota publicada por El Universal, el sacrificio de 150 mil gallinas de granja en aquel estado “no impactaría el precio ni crearía desabasto del producto, ya que existen alrededor de 140 millones de gallinas ponedoras en el país”, según la declaración del presidente de la Asociación Latinoamericana de Avicultores. A pesar del brote, dijo, “hay mucho huevo mexicano y no necesitamos importarlo”.
Pero vayamos a los datos. De acuerdo con esta asociación, la producción nacional asciende a 125 millones de huevos diarios, lo que equivale a un consumo per cápita promedio de 22.5 kilos al año. Haciendo cuentas, “a vuelo de gallina”, los mexicanos consumimos un total de 180 huevos al año; es decir, 15 al mes y, por lo tanto, ¡uno cada tercer día! No cabe duda de que somos muy “hueveros”.
Además de formar parte de la canasta básica, en México el huevo es sinónimo de desayuno o almuerzo. Recuerdo bien la ocasión en que, recién llegada al país, en una fonda de Taxqueña vi servir un plato de arroz rojo con un huevo estrellado encima. Pensé: ¡Qué locura! Hoy, esta costumbre tan mexicana me parece una delicia total a la que siempre le añado un poco de salsa verde molcajeteada.
En los años 70, los niños de mi generación éramos obligados a empezar el día con un huevo tibio. Si el tiempo apremiaba, el recurso de las mamás mexicanas era el licuado de plátano con un huevo crudo, “porque había que ir a la escuela muy bien desayunados”.
Si bien en las décadas de los 80 y 90, gracias a la incursión de la moda fitness y el “body workout” al estilo Jane Fonda (una prueba viviente de que se puede ser activista política y símbolo de belleza a la vez), el huevo fue degradado al nivel de “alimento dañino”. Los gurús de la nutrición lo consideraron responsable de elevar los niveles de colesterol y grasas malas, pero recién entrado el siglo XXI, el huevo volvió a la palestra de la fama, pero de la buena, con todo y su yema.
Y es que consumir huevo es ahora de lo más “inn”. Los nutriólogos que fungen como “coach de vida saludable” lo promueven como un alimento casi tan bondadoso como los súper foods. Un huevo medio cocido y partido a la mitad con una yema brillante y desbordante, es la imagen estrella de muchos sitios dedicados a la gastronomía, recetarios e “instagramers” devotos del “Breakfast”.
Ahora se recomienda tomarlo tres veces a la semana, por ser una fuente de micronutrientes muy valiosos para el organismo, como el ácido fólico, vitamina A, fósforo, potasio, sodio, yodo, magnesio y calcio. Especialmente deben consumirlo los deportistas, pues contribuye a la generación de masa muscular.
La verdad es que, sin importar las modas –que vienen y van–, el huevo es consumido en todo el mundo de variadas e inesperadas formas, a todas horas del día. A los japoneses les gusta cenar pizza con un huevo estrellado al centro. Los ingleses meriendan un sándwich de huevo cocido y pepinillo a la hora del té.
Huevos al gusto
Algunos de mis sitios preferidos para disfrutar de unos huevos bien hechos:
Saludables y de moda en Ojo de Agua (Lamartine 313, Polanco).
El lugar preferido de las “fashion influencer”, no es nada pose, porque aunque es saludable, también es muy sabroso. Pidan sus HUEVOS CONDESA: Estrellados sobre cama de papa blanca rayada y salteada a la plancha con pimiento morrón, cebolla morada y trocitos de tocino de pavo.
Clásicos atemporales en Trattoria Della Casa Nuova (Av. de la Paz 401, Int. 200, San Ángel).
Este sitio, preferido de gourmands, tiene los mejores HUEVOS BENEDICTINOS de la ciudad: pan de centeno recién horneado, salmón fresco y huevos poche con salsa holandesa en su punto, aquí servido con espárragos.
Súper cool en el Restaurante J&G grill del St. Regis (Paseo de la Reforma 439, Col. Cuauhtémoc).
Sus exquisitos HUEVOS MOTULEÑOS son un must de los ejecutivos que desayunan en ese hotel que se ha convertido en uno de los más prestigiosos de la ciudad. Esta delicia yucateca aquí se sirve con rebanadas de plátano macho frito.
Mexicanos bien en El Bajío
Aunque ahora sea un restaurante de cadena, sirven de los mejores desayunos del repertorio nacional. Mis favoritos son justamente los HUEVOS BAJÍO que vienen sobre dos picadas de frijol y chorizo en salsa de acuyo. Aunque mucha gente aquí prefiere el “Chile huevillo con salsa negra”, unos huevos tirados en caldo picante de frijol que la chef Carmen Rodríguez, “Titita”, sirve como su desayuno insignia.
También en El Cardenal los desayunos tradicionales de México son servidos como Dios manda. No se pierdan su OMELETTE DE HUAUZONTLES.
Huevos con “ondita” los van encontrar en El Mercadillo de la Narvarte poniente, una zona que cada día se pone más de moda. Aquí sirven unos inspirados en los huevos quebrados de la gastronomía española, bajo el nombre de HUEVOS ROTOS: dos estrellados sobre papas a la francesa, espolvoreados con queso parmesano y jamón serrano. Para pecar deliciosamente.
La verdad es que con el precio del huevo por las nubes o no, en cualquier mercado o puesto callejero podemos encontrar deliciosas opciones para desayunar o almorzar. ¿Qué tal unos tacos de arroz con huevo cocido al medio día?
Y como yo sí quiero estar en las nubes de lo último en cuanto a tendencias culinarias, estoy probando la receta más trendy del momento: los CLOUD EGGS, claras de huevo batidas y horneadas como merengue con una yema a medio cocer al centro. Les dejo el video. Pero mientras, contemplen las fotos: ¿A poco no están preciosos?
http://www.bristolpost.co.uk/news/uk-world-news/cloud-eggs-how-to-make-50431