«ELLAS EN EL RETROVISOR»: Edomex, una cuestión de género (segunda parte) Del Mazo - Mujer es Más -

«ELLAS EN EL RETROVISOR»: Edomex, una cuestión de género (segunda parte) Del Mazo

Marcada por el factor de género, la elección de gobernador del estado de México ha puesto en aprietos al PRI y a su candidato Alfredo del Mazo Maza, quien ha centrado su campaña en ganarse el voto femenino.

El asistencialismo y populismo se manifiestan en su máxima expresión en esta campaña que busca garantizar el apoyo histórico del partido en el poder, particularmente en los segmentos pobres, populares y rurales.

Pero esa focalización se pronuncia en el caso del género y es que Del Mazo Maza tiene en todos sus actos una infaltable promesa: “Quiero ser el gobernador de las mujeres. El que más apoye a las mujeres, el que les dé prioridad siempre para que vivan seguras en el estado de México”.

Por el color y el contenido de sus promesas, podríamos decir que la suya es una campaña rosa.

 “Vamos a poner unidades de transporte rosa, para que las mujeres tengan seguridad en el transporte”, anuncia.

 “Vamos a estarle dando oportunidades de trabajo a las mujeres de 50 y más y vamos a traerles el salario rosa a las amas de casa”, detalla al explicar su principal oferta electoral.

El ex presidente municipal de Huixquilucan también habla de universidades rosas, y de ese color son las gorras de las decenas de jóvenes que integran el equipo que en cada concentración apunta los nombres de las de mujeres que ya esperan convertirse en beneficiarias de lo que ellas denominan como “el monedero rosa”. 

Se trata de una campaña sin autocrítica. Y es que en el discurso del candidato nunca se presenta una idea de contraste. Jamás se escucha un comentario sobre las abanderadas de la oposición. Y menos una defensa a sus señalamientos de corrupción en torno al partido gobernante. 

Lo mismo ocurre con la pobreza, tema inexistente en el mensaje del priista, a pesar de que las cifras oficiales muestran que uno de cada dos mexiquenses vive en esa situación y que en lo que va del sexenio se generaron 900 mil nuevos mexiquenses en tal condición.

Si bien el problema más grave de la población femenina en la entidad es la inseguridad, Del Mazo Maza se limita a decir que promoverá cámaras de video y botones de pánico en el transporte público.

De la delincuencia que padecen se encarga la canción de campaña que en una de sus estrofas señala que el candidato está dispuesto a “acabar con los asaltos y vivir sin sobresaltos”.

Pero frente a los feminicidios, el candidato guarda silencio. Y es que los encuentros masivos en grandes plazas y espacios abiertos, buscan imitar el ambiente de una fiesta: fotografías gratis, mega pantallas, matracas y música.  

El aparato del partido en el poder moviliza a sus operadores políticos y se sostiene en las estructuras vecinales de barrios populares, donde siempre está pendiente que se resuelva algún servicio público: banquetas, pavimentación, agua, servicios escolares… 

Mientras las mujeres se forman para registrar su nombre y teléfono, a fin de ser consideradas como potenciales beneficiarias del “monedero rosa”, los organizadores buscan repetir el modelo peñista del candidato guapo.

Y nunca falta la consigna que corean voces femeninas: “¡Alfredo, mi amor, serás gobernador!”.

Sin embargo son ellas, las mujeres sencillas, las mexiquenses que protagonizan el clientelismo y que son las destinatarias de las propuestas populistas, quienes ventilan sus dudas. 

En ocasiones le preguntan al candidato si va ganar. O hablan de las promesas que hace tres o seis años les hicieron y quedaron pendientes.

¿Será el voto rosa fiel a un PRI que consiguió con el candidato Enrique Peña el éxito del modelo clientelar dirigido a las mujeres?

Faltan 17 días para despejar la incógnita.

 

 

 

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