Hablé con Javier Valdez un par de veces.
Conocí más de él por otros colegas reporteros que lo tenían como referencia obligada.
No puedo más que lamentar su muerte.
Un acto artero y cobarde le quitó la vida.
México es peligroso para el periodismo.
Ya son siete periodistas los que han caído este año y la impunidad goza de cabal salud.
A su familia, a sus amigos y a sus lectores mis condolencias.
No hay más que decir.