«COLUMNA INVITADA»: ¿Entornos compartidos o separados? - Mujer es Más -

«COLUMNA INVITADA»: ¿Entornos compartidos o separados?

Indagando por la web, me he encontrado con estos anuncios realizados en diferentes escuelas, dirigidos a padres de familia:

 

 

¿Qué es lo que podemos observar en sus contenidos?

Uno de los problemas que sigue siendo vigente en cuanto a la dimensión de educación en nuestro país, al parecer aún no se ha tomado con la seriedad y detenimiento que requiere.

Además, se sigue lanzando la “bolita” de responsabilidad a un solo sector, ya sea al político, al social, al económico, e inclusive al tecnológico; cuando es sustancial y de vital importancia que corresponda a todos y a todas las familias, y muy particularmente a quienes que jugamos el rol de madres y padres; también los profesores.

Por tanto llega a ser un problema que concierne a todos, pero sin que el sector político y gobernante se desentienda del asunto.

Me refiero a la colaboración entre padres, madres y maestros, y educadores o profesorado que queremos educación de calidad para las generaciones actuales y futuras.

Se supone que en la actualidad se ha determinado que para una mejor educación y fomento de valores, las relaciones entre familia y escuela no se entiendan como influencias separadas, sino como superpuestas.

Por tanto, una eficaz coordinación de trabajo en conjunto y en equipo entre papás, mamás y profesores es de suma importancia.

Ha resultado ya obvio que con un entorno social tan cambiante, “moderno” y acelerado como el que tenemos, es necesario concebir la educación como una labor compartida.

Pero, ¿realmente se lleva a la práctica?

Una cuestión muy distinta es lo que ocurre a nivel práctico. Actualmente y a pesar de que teórica e ideológicamente se concede mucha importancia a la colaboración entre padres y educadores, se ve todavía que ambos grupos afrontan su labor educativa de manera solitaria de un modo tal que se recobra más el modelo de influencias separadas.

Sigue siendo un hecho que en nuestro país y en nuestro contexto social actual, la gran mayoría de los padres y las madres mexicanos afrontamos nuestra labor educativa mucho más solos que en cualquier otra época, debido a los cambios que la configuración familiar y social ha experimentado, además del sistema de empleo y del sistema económico que acorralan a los mexicanos.

El profesorado, por otro lado, se enfrenta a un incremento de las exigencias sociales de un entorno globalizado, que nos va llevando por una corriente tan sutil que estamos en un nivel educativo de baja calidad.

Es indispensable que hoy establezcamos puentes que permitan el diálogo entre ambos grupos, no permitamos más que continúen decayendo en un desconocimiento e inconsciencia de lo que implica una labor compartida.

¿Cómo construir puentes para una comunicación asertiva entre padres y madres y educadores?

Uno de los pasos y que pudiera ser el primero para construir puentes sólidos, es reconocer y cambiar la perspectiva de la educación que se tiene y que hemos venido acarreando, practicando y delimitando como una educación separatista que ilusoriamente nos hace creer que la escuela y la familia son contextos totalmente diferentes.

Parece bloquearse la compatibilidad entre la enseñanza de  principios y valores y la enseñanza de conocimientos académicos cuando se está en el contexto escolar, al grado que cuando se está en el contexto familiar, no sea posible aplicar lo aprendido del contexto escolar.

Es necesario que cambiemos esta perspectiva por una de educación integral e inclusiva entre la familia y la escuela que mejore la comunicación.

El reconocer que la familia y la escuela se parecen en muchas cosas, que ambos contextos pertenecen a un mismo entorno social y cultural, que comparten muchos valores y objetivos, pero sobre todo: que comparten a sus protagonistas (los infantes), nos abre la puerta a otro paradigma.

Un tercer aspecto a considerarse es que no hay que olvidarnos de que así como no es fácil ser profesor, tampoco lo es ser padre o madre. Estos roles requieren de una preparación continua.

Se suele tener la idea de que únicamente los maestros o educadores requieren de una frecuente preparación y actualización para desempeñar adecuadamente sus labores, pero acabemos con esa falacia en la que únicamente se deja al profesorado el reciclaje continuo de la preparación. También como padres tenemos la obligación y el deber de prepararnos a la altura que se requiere para fomentar una educación de calidad desde casa, involucrándonos con las instituciones educativas, acudiendo a talleres para padres, participando en las juntas escolares, etc.

De igual forma, también a los maestros les corresponde involucrar a los padres no como simples espectadores. Lo que todos deseamos es una educación de calidad para nuestros hijos e hijas.

Mariana Aguilar. Es psicóloga por la Universidad Nacional Autónoma México. Sus análisis se enfocan en la diversidad de roles que viven las mujeres, además del teatro, el arte y la educación.

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