Ninguno.
Ni Delfina, ni Josefina y tampoco Teresa.
Óscar no ganó como no lo hicieron ni Alfredo ni Juan.
Y ninguno ganó porque no hubo debate. Así de sencillo.
El tradicional formato de monólogo de los llamados “debates” a la mexicana, impide que los contendientes discutan sus propuestas (que tampoco las hubo) ante el electorado.
El primer encuentro entre los candidatos a la gubernatura del Estado de México fue un fracaso para ellos y para la ciudadanía. Noventa minutos perdidos en acusaciones sin respuestas, en lodo tratando de manchar al adversario.
Desgraciadamente, las acusaciones no son contundentes para destrozar la imagen del competidor de enfrente. Es decir, generalidades que se manejan todos los días en reuniones de café, en las redes sociales, algunas columnas y comentarios de los medios tradicionales de comunicación.
Nada pasó en el encuentro del martes. Todos los candidatos le hablaron a sus simpatizantes y lanzaron sus dardos – que no misiles – en contra de los que creen que llevan la delantera.
Josefina Vázquez Mota, del PAN, se lanzó en contra de Delfina y Alfredo. Jugó a levantar en las encuestas que la ponen en el tercer lugar con claras tendencias de ocupar el cuarto sitio. Ya debería pensar la excandidata presidencial en declinar. No levanta y los mexiquenses no la sienten suya.
Alfredo del Mazo, del PRI acusó a los panistas y a la morenista de tener pactos impronunciables e impresentables con… ¡el PRI! ¿Le dijeron a Del Mazo que es postulado por el partido que cuestionó? Dicen los adictos al priato que el hijo y nieto de exgobernador fue el que más propuestas presentó pero esas “propuestas” las hemos escuchado de los candidatos priístas en los últimos 80 años.
Juan Zepeda, del PRD aseguró ser el único en saber atender los problemas de seguridad, pues dice que como alcalde de Nezahualcóyotl bajó los índices delictivos en su demarcación. Según las cifras oficiales, así sucedió pero hubo actividades ilegales, como las peleas de perros y el narcomenudeo, que sólo modificaron lugares y horarios para operar.
Óscar González, del PT, también dijo ser experto en bajar los índices de seguridad pues como presidente municipal de Metepec disminuyó la actividad delictiva dando servicios básicos a la comunidad.
Y Teresa Castell, la independiente, se la pasó leyendo textos para sus spots propagandísticos.
No hubo ganador, pero sí derrotados. Los primeros fueron los ciudadanos que no tuvieron candidatos a la altura. Luego, pierden Eruviel Ávila y Enrique Peña, pues los problemas de corrupción, impunidad e inseguridad que enfrenta el estado de México se acrecentaron en su gobierno.
Hubo una coincidencia en todos los candidatos, incluido Alfredo del Mazo. Todos, en su diagnóstico identificaron al PRI como la fuente original de la corrupción que corroe a la sociedad mexicana.