«DOLCE ÁLTER EGO»: Ritual de té de La Bella y la Bestia - Mujer es Más -

«DOLCE ÁLTER EGO»: Ritual de té de La Bella y la Bestia

La fiesta por la nueva versión del clásico de Disney “La Bella y la Bestia” continúa y no sólo porque la película sigue en cartelera, también porque su historia inspira a todo tipo de artistas, incluyendo a los gastrónomos. ¿Recuerda usted esa parte donde los objetos vivos (candelabro, armario, plumero, clavicordio, tetera y taza) intentan alegrar a Bella con una espléndida cena en el salón principal del castillo?

Esa escena –una de las más bellas y logradas de la película– es sin duda mi favorita, porque todo sucede alrededor de los placeres de la buena mesa con una melosa canción de fondo, titulada “Sea nuestro huésped”.

El menú que sirven a Bella incluye deliciosos “postres al flambée”. La señora Potts (tetera), dando vueltas alrededor de su huésped, canta: “La inquietud a olvidar, el banquete va a empezar/ a los postres, el té, que con gusto serviré/ mis tacitas van marchando mientras yo voy burbujeando/ Disfrute el gran festín, de principio a fin”.

Los objetos vivos, contentos de tener por fin a quién servir, le ofrecen la cena a sabiendas de que la pobre Bella tendrá que lidiar con la amargura de su carcelero, la Bestia. El mágico momento les permite aliarse con ella, deseando que “sea la indicada” para romper el hechizo que yace sobre ellos y el castillo, antes de que el último pétalo de la rosa caiga junto con su posibilidad de volver a ser humanos.

De la misma forma que en la película los “objetos vivos” animan a Bella con una cena, en el corazón de la ciudad hay un festín que nos ofrece olvidarnos de la bestia citadina que habitamos: la Ciudad de México que a ratos nos vuelve presos de la amargura y la desesperanza.

Se trata del “Ritual de té La Bella y la Bestia” que el hotel St. Regis brinda desde el estreno de la película, en alianza con la casa de Té Dammann Fréres (http://www.dammann.fr/fr/) y la chef pastelera Paulina Abascal.

Todo sucede en el Glass House (el café del hotel), donde un anfitrión da la bienvenida con una breve introducción sobre la historia y costumbre de la hora del té, y explica que este ritual recrea una tarde inglesa con sabores y colores inspirados en los personajes de la película.

 

 

El servicio inicia con la selección del té. El precioso carrito del servicio de té Dammann se presenta ante los comensales con cuatro pasteles de utilería divinamente decorados en fondant. El más grande de ellos, con un diseño de la Bella, la Bestia y la rosa roja. Los tres más pequeños, inspirados en la señora Potts (tetera), Lumiere (candelabro) y el vestido amarillo de Bella.

Cada comensal elige su té de entre más de 50 opciones diferentes, aunque el anfitrión promociona ocho sabores especiales, propios para el ritual. Mis acompañantes y yo seleccionamos “Fragola” (base herbal, sin cafeína, con frutos rojos y jamaica), “4 Fruits Rouges” (base de té blanco con bayas), “Anichai” (base de té negro con cardamomo, anís y jengibre) y Bali (base de té verde con litchi, toronja, jazmín y aceite esencial de rosas). Nuestro favorito definitivamente fue el “Anichai” por su acentuada nota de cardamomo.

Una vez que cada comensal tiene su hermosa tetera de hierro forjado a un lado, traen a la mesa una bandeja de tres pisos (una por pareja) con los bocadillos salados y dulces clásicos de la costumbre inglesa.

En el nivel inferior están los “Finger sándwich” de pan de centeno con pepino, menta y un toque de wasabi; pan blanco con salmón ahumado; pan de centeno con prosciutto y pan de centeno con crema de queso.

En medio viene un par de scone (el clásico pastelito escocés muy parecido al bisquet) acompañado de crema ácida y compota de piña. En cuanto a textura y frescura, este bocadillo es lo mejor del servicio.

En el nivel superior, cual cereza del pastel, aparecen los postres: tarta de plátano con crema de vainilla y dulce de leche, pastelito de zanahoria, cup cake de chocolate y galletas con decorado de fondant.

Todo el ritual es una experiencia gozosa y divertida. Sensorial y sensual. Los aromas especiados, frutales y florales del té, como el “Bali” que huele intensamente a jazmín, seducen cual perfume y preparan al comensal para degustar todos los alimentos.

Nosotros disfrutamos especialmente de la combinación inusual en el sándwich de pepino, que lleva menta y jalea de raíz de rábano picante (wasabi), lo que lo transforma en algo único y delicioso. Los colores de los tés y en los pasteles de utilería con rosas intensos, dorados y amarillo “a lo Disney”, son una fiesta para la vista, pero también lo es la imponente arquitectura y decoración del hotel con su juego de lámparas colgantes al centro.

Las “mesas espejo” del Glass House reflejan las blancas celosías de la fachada del St. Regis y, a través de los enormes ventanales, se puede admirar a la Diana Cazadora mientras el alma se conforta con el calor del té y el dulce de los postres y así, por un instante, como en un festín, uno se aleja del desierto de asfalto.

Aunque desafortunadamente, este ritual temático de “La Bella y la Bestia” estará disponible sólo hasta finalizar abril; cada viernes el hotel ofrece un ritual permanente con los tés de Dammann y una selección de pastelería fina, por Dulces Besos, la marca de Paulina Abascal.

¡Disfruten el festín, de principio a fin!

Hotel St. Regis

Paseo de la Reforma 439

Col. Cuahutémoc (frente a la Diana Cazadora)

Tel . 5228 1818 8 / Se requiere reservación.

Horario del Glass House Café : 7 a 18 horas.

Costo del ritual: Individual, 190 pesos. Por pareja, 390 pesos. 

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