Donald Trump tomó la decisión de atacar con misiles una base militar en Siria, frente al “más bonito trozo de pastel” que –según su versión–, jamás se haya visto.
El presidente de Estados Unidos hizo esta revelación en una entrevista a la cadena Fox Business, en la que relató detalles de las horas previas a lo que fue su primera decisión militar.
El magnate convertido en el jefe de la nación más poderosa del mundo cenaba con su homólogo chino, Xi Jinping en su club privado de Mar-a-Lago, en Florida.
“Estaba sentado en la mesa, habíamos terminado de cenar y en ese momento estábamos tomando el postre, el más bonito trozo de pastel de chocolate que hayas visto jamás. El presidente Xi lo estaba disfrutando y recibí el mensaje de los generales de que los buques estaban cerrados y cargados. ¿Qué hacemos? Tomamos la determinación de hacerlo, así que los misiles estaban de camino”, detalló.
Trump decidió compartir la información. “Le dije: ‘Señor presidente, permítame explicarle algo. Acabamos de disparar 59 misiles hacia Irak’”. En este punto, la entrevistadora tuvo que interrumpirlo para corregir y asegurar que el ataque estaba dirigido a Siria.
El presidente rectificó y siguió su perorata. Jinping calló unos 10 segundos –de acuerdo con Trump– y al final avaló la decisión. “‘Cualquiera que sea tan brutal y utilice gases para hacer eso a niños y bebés… Está bien’”, respondió el líder chino.
La determinación de Trump luego del ataque químico del pasado 4 de abril, en el que más de 80 civiles perdieron la vida, muchos de ellos menores de edad, traerá consecuencias difíciles de calcular en la geopolítica mundial.
Por un lado, obliga a China a tomar una postura ya que, hasta ahora, ha sido neutral ante la guerra civil en Siria que lleva ya seis años, aunque siempre se ha pronunciado por una resolución política al conflicto.
En las votaciones del Consejo de Seguridad de la ONU, suele alinearse con Rusia, que apoya al régimen de Bashar Al Assad, pero no siempre ha ejercido su derecho de veto. La postura de Trump obligará al régimen de Jinping a definir de qué lado está.
Y por otro lado, este hecho podría poner fin a la “luna de miel” que había caracterizado la relación entre el Kremlin y la Casa Blanca. Algo que no le conviene a Trump… y mucho menos al mundo.
“LA GUERRA FRÍA SE VUELVE A ENFRIAR”
De manera directamente proporcional a la elevación del tono del discurso de Trump, Rusia ha marcado distancia y con ello coloca nuevamente al mundo en los umbrales de una nueva Guerra Fría.
En la misma entrevista con Fox Business, el mandatario norteamericano llama “animal” a Bashar al Assad. Fiel a su estilo, abusó de los adjetivos: “cuando ves a gente usando horribles armas químicas, y ves a esos niños preciosos muertos en los brazos de su padre, o ves a esos niños boqueando por vivir… cuando ves eso, inmediatamente llamo al general (James) Mattis (secretario de la Defensa)”.
Pero quizás eso no sea lo más grave, sino las causas que lo llevaron a ordenar el ataque. En una entrevista con el Daily News, el segundo hijo varón de Trump, Eric, destacó el “estupor” que causó en su hermana Ivanka –la primogénita y recién nombrada consejera presidencial–, ver las fotos de los niños muertos y dijo que eso había influido en su padre para que tomara medidas.
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, matizó y aseguró que fue todo el equipo cercano de la Casa Blanca el que había impulsado la decisión y no especialmente Ivanka.
Luego vinieron las contradicciones. Trump aseguró que la dimisión del presidente sirio no era una prioridad y descartó medidas militares para provocar su caída. Más tarde manifestó que no puede imaginarse un futuro con “el dictador” en el poder.
Sin embargo, más allá de la anécdota, este episodio significó el endurecimiento de las relaciones con Rusia, país que apoya abiertamente al régimen sirio de Al Assad. Washington acusó a la administración Putin de “encubrir” la matanza de civiles al asegurar que el ataque con gas sarín a la población civil fue promovido por los rebeldes.
Previo a su visita a Moscú de los días 11 y 12 de este mes, el secretario de Estado, Rex Tillerson, advirtió que el gobierno de Putin debía elegir entre aliarse con Washington o con Siria, Irán y Hezbolá.
“Rusia ha fracasado en su responsabilidad de hacer cumplir el compromiso de 2013”, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense en referencia a la destrucción del armamento químico por parte del gobierno sirio, un acuerdo por el que la administración de Barack Obama renunció a intervenir en esa nación.
“No está claro si Rusia fracasó porque no se tomó esta obligación en serio o porque ha sido incompetente, pero esta distinción no le importa demasiado a los muertos, no podemos dejar que esto vuelva a pasar”, subrayó.
En respuesta, Putin consideró que el ataque de Estados Unidos contra su aliado sirio representa una agresión contra un Estado soberano y una violación a la legislación internacional que pone en riesgo la cooperación con Washington.
“Este paso de Estados Unidos va a propinar un golpe mayúsculo a los lazos Estados Unidos-Rusia”, advirtió el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
Es más, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, comparó el ataque con la intervención de Irak en 2003. “Esto recuerda a la situación de 2003 cuando Estados Unidos y el Reino Unido, con sus aliados, invadieron Irak sin autorización del Consejo de Seguridad (de la ONU)”.
Viktor Ozerov, el responsable del Comité de Defensa del Consejo de la Federación Rusa, anticipó que los bombardeos estadounidenses contra la base aérea siria “pueden socavar los esfuerzos en la lucha contra el terrorismo en Siria”. Y no descartó un posible cese de la cooperación militar en Siria entre los Ejércitos de Rusia y Estados Unidos, para hacer frente al Estado Islámico.
La estancia de Tillerson en Moscú no arrojó muchas luces. Reconoció que la relación bilateral está a un nivel “muy bajo”, lo que es “inadmisible” entre las dos grandes potencias nucleares. “Tenemos que poner fin a la permanente degradación de nuestras relaciones. A pesar de la cantidad de problemas existentes, hay perspectivas considerables de trabajar juntos”, aclaró.
TENSIÓN EN EL MAR DE JAPÓN
Por si no hubiera suficientes frentes abiertos, desafiante, Trump escaló la tensión con Corea del Norte al enviar buques de guerra cerca de su costa: “Enviamos una armada muy poderosa. Tenemos submarinos muy poderosos, más que las fuerzas aéreas. Y tenemos a los mejores militares de la Tierra”.
De hecho, arrojó una amenaza al líder norcoreano, Kim Jong-Un: “Se está equivocando”, al referirse al lanzamiento de misiles balísticos en el Mar de Japón.
En respuesta, Pyongyang advirtió que habría “consecuencias catastróficas” y “medidas duras” que incluyen el uso de su arsenal nuclear si Estados Unidos “continúa sus provocaciones”, después de que el portaaviones Carl Vinson y su flotilla fueron desplegados en la zona.
Así las cosas, las primeras acciones militares de Donald Trump colocan en grave riesgo al mundo. Especialmente si se toma en cuenta que las decisiones se toman frente a un “bonito” trozo de pastel de chocolate; cuando se confunden los objetivos (Irak no es Siria), y cuando la familia (Ivanka) influye en decisiones de Estado.
Con Trump, la paz y la estabilidad mundiales están en riesgo.
Hannia Novell. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, realizó estudios en Periodismo, Literatura y Seguridad Nacional en diversas instituciones como la Universidad Iberoamericana, el Centro de Comunicación, Radio Educación y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Especialidad en corresponsalía de guerra en La Universidad de Jerusalem (Israel) y una especialidad en comunicación política en George Washington University. Titular del noticiario estelar de Proyecto 40 en su edición nocturna.