Un chino puede tardar en aprender su idioma en promedio 15 años.
“La Muralla que nos une”, escrita por Luis Alberto Paz González, autor mexicano, es un breve relato de 46 hojas que nos retrata a otra China, una muy diferente a la imagen que domina en la escena mundial. Habla de un País próspero, con cultura milenaria, respetuosa de protocolos y de formalidades, con un milagro económico de producción y desarrollo. Una China con castigos a la corrupción en su sociedad, muy severos pero, en la opinión de Luis Alberto Paz, muy acertados. Y sin una cultura bélica de invasionismo. Una cultura que cuenta con cuatro milenios de literatura propia.
Paz González inicia su escrito: “En este relato no tengo otra intención que retratar los atisbos de una nación que al iniciar el viaje me parecía lejana, un tanto por condicionantes de la mala comunicación que, en ocasiones, invade México respecto a aquel País y ofrecer al lector una perspectiva de las condiciones laborales, económicas y de la vida en general que durante mi visita pude percibir, mismas que me permiten decir con certeza que el caso de China, si bien sus murallas les han servido en otros tiempos como defensa, hoy representan un poderoso canal que une a esta nación con el mundo”.
En el marco de una visita a la ciudad de Pekín y a la provincia de Jiangsu, entre otros lugares de China realizada durante junio del 2016, como parte de una delegación oficial de intercambio cultural entre la “Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos” (CROC), encabezada por José del Valle, secretario Internacional del organismo, y por China El “China Jiangsu Trade Unions”, cuya Presidenta es la señora Xing Chunning, ésta Federación forma parte del “All China Trade Unions”, organismo sindical en China que agrupa a 450 millones de obreros de todas las provincias de aquel país.
Paz afirma que hay una serie de mitos oscuros alrededor de China, como la explotación y la falta de respeto a los derechos humanos; sin embargo, pocos ven que un chino en promedio lee 10 libros al año y que existen muchas editoriales. Un chino puede tardar en aprender su idioma en promedio 15 años, la caligrafía es un arte que debe ser cuidadosamente aprendido, cada carácter tiene una emoción. El lenguaje chino consta de alrededor de 22 mil caracteres.
Da testimonios de una China con sistemas de movilidad y de transporte de primer nivel, con ciudades modernas, limpias, con una gran cultura, y todos los beneficios que sus obreros reciben en bienestar social. Incluye también los testimonios del propio José del Valle, quien, como responsable de relaciones internacionales de la CROC durante años de visitar China, ha sido testigo de la evolución económica de este país y ha resultado un pilar fundamental de las relaciones de intercambio entre el sindicalismo de ambos países.
Respecto al tema de redes sociales, comenta que China cuenta con sistemas propios, los cuales atienden a su propio lenguaje y tiene usos tanto personales como aplicaciones laborales, como es el caso del “All China Trade Unions”. Si bien no existen algunas de las plataformas occidentales de comunicación, éstas son sustituidas por dominios propios. Afirma que, si bien en occidente se habla de una falta de libertades en cuanto a acceso a la información, ésta no tiene sentido cuando se sopesa el bienestar que dicha actitud proporciona. Plantea la pregunta: ¿De qué le sirve a México tener Facebook, Twitter, si tiene tanta pobreza?
La crónica “La muralla que nos une”, será publicada simultáneamente en China a través de la revista de la “China Jiangsu Trade Unions”, con un tiraje de aproximadamente 450 millones de ejemplares y destinado principalmente a los miembros del sindicato, y en México, por la revista Mancomunidad de la CROC. Ambas publicaciones aparecerán en entregas a partir del presente año.
Paz González, quien además es coordinador de Relaciones Culturales de la Secretaría Internacional de la CROC, afirma en su crónica que China es un país tan rico en todos los sentidos que podría vivir aislado del mundo.
Declara como sus grandes influencias al portugués José Saramago y al escritor noruego Kjell Askildsen. Administrador de profesión, titulado por la UNAM, descubre su amor por la escritura al redactar para su actual pareja largos textos en correos electrónicos, pero también descubre en escribir una manera de expresar el dolor, de terapia. Vivió su niñez en la colonia popular Candelaria Ticomán, al norte de la Ciudad de México.
La pobreza, la marginación y la discriminación eran parte de su día a día, en un mundo donde la delincuencia y la ignorancia dominaban. Su madre nunca aprendió a leer fluidamente. Recuerda la violencia de un abuelo golpeador de mujeres.
Egresado de la generación 56 de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM), 2014-2016, ganó también el premio interescolar “Efraín Huerta de Poesía 2015”, con el poema “Fidelidad para nosotros” y desarrolló un proyecto de webserie juvenil para Tv Azteca.
Actualmente se especializa en temas Literatura Infantil y Juvenil. Trabaja en dos libros infantiles: “El novio de mi abuelo” y “Lo que Emilia perdió”.
Finalmente, afirma que él solo puede escribir lo que ha vivido, aunque siempre se permite la ficción y fantasía, porque escribir es una fuga que le permite exorcizar demonios personales.
Ma. Esther Aduna, es Social Media Manager de Comunicación Estratégica Azur SC.